El Ayuntamiento de Valladolid presentó hoy el I plan de inclusión social 2024-2028, que contará con 112 acciones transversales y una nueva hoja de ruta transversal que ordena muchas de las medidas que ya se ejecutaban en esta materia. Más allá de las actuaciones recogidas en los planes sectoriales, el documento se centra de forma prioritaria en aquellos colectivos, grupos y personas en situación de exclusión social para los que no se había desarrollado una intervención planificada previa, "aunque sí que se estén dedicando a ellos recursos y servicios". Es el caso de colectivos como las personas sin hogar y las familias en situación de exclusión crónica de toda la ciudad y, en particular, de zonas especialmente vulnerables.
Así lo trasladó el alcalde, Jesús Julio Carnero, quien sostuvo que el documento se articula en torno a tres líneas estratégicas y 14 objetivos y "afecta" a siete colectivos con la intención de "no dejar a ningún grupo o persona en situación de exclusión social fuera de las iniciativas que contempla". El primer edil aseguró que es "difícil" cuantificar la cifra estimada de inversión en el marco del plan, si bien aclaró, como ejemplo, que en los Presupuestos del Consistorio para este año las distintas acciones que acaban teniendo incidencia en la lucha contra la pobreza suman 31,5 millones de euros, que podrían dar luz a las futuras inversiones y gastos en estas partidas.
El plan nace como un "compromiso" del equipo de Gobierno con las entidades sociales de la ciudad, con "el fin de proporcionar una visión global y una respuesta con una perspectiva integral en la lucha contra la exclusión social y hacer de Valladolid una ciudad mucho más inclusiva". Una de las críticas que se puso de manifiesto, según el alcalde, es que "no hay nada parecido en otros territorios" y "ordena y estructura puntos que ya se estaban llevando a cabo desde hace años", con lo que al principio de empezar a trabajar con el documento casi "no se sabía ni por dónde empezar".
En el acto, el regidor estuvo acompañado por el concejal de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales, Rodrigo Nieto, y por el director del Servicio de Intervención Social, Angelberto González Escudero. También estuvieron presentes los representantes de EAPN (Plataforma Europea Contra la Pobreza y la Exclusión Social), Cáritas, Cruz Roja, Intras y ACCEM, entidades que forman parte del grupo de trabajo que ha elaborado el plan y a quienes Carnero agradeció "su colaboración e implicación indispensables". Asimismo, mostró su agradecimiento a las entidades sociales que trabajan en los ámbitos de las personas y los sectores de población en situación de exclusión social y vulnerabilidad.
El interés fundamental de este I Plan de Inclusión Social, prosiguió el primer edil, es servir a las distintas áreas municipales y a las entidades sociales que trabajan en los ámbitos de las personas y los sectores de población en situación de exclusión social y vulnerabilidad, "como un instrumento de ordenación y organización de las ideas, los objetivos y las actuaciones", explicó el alcalde, quien destacó que "lo más relevante es que se configura en torno a lo más importante para nosotros: las personas".
Las actuaciones en materia de inclusión social se llevan a cabo en los diferentes planes sectoriales, por lo que con este "novedoso" plan no se pretenden duplicar actuaciones de otros planes municipales que trabajan en líneas estratégicas y en objetivos de inclusión, "sino llevar a cabo una coordinación y una transversalidad de políticas públicas con criterios de inclusión".
"Este plan debe entenderse como un proyecto abierto, donde hay varios planes sectoriales como los de personas mayores, infancia, mujer, accesibilidad, vivienda, juventud, etc., que tienen periodos de vigencia que hacen que vayan a diseñarse y a ponerse en marcha durante el período 2024-2028 y debemos incorporar las novedades y aportaciones a este diseño inicial para mantener su operatividad", señaló el regidor vallisoletano.
Líneas estratégicas
Desde el Servicio de Inclusión Social se ha formulado la estructura del plan "de forma coherente, con la intención de no dejar a ningún grupo, colectivo o persona en situación de exclusión social fuera de las iniciativas y las líneas que contempla el documento". Por ello, el plan dispone de 14 objetivos que se configura en torno a tres líneas estratégicas, en cuyo marco se desarrollarán hasta 112 acciones de carácter transversal. Así, en el marco de la primera línea estratégica se "aborda la exclusión social vinculada a los ciclos y circunstancias vitales y/o relacionales, es decir a la atención a las necesidades asistenciales y a la autonomía funcional de las personas y familias en situación de exclusión social y procesos de dependencia por circunstancias de su ciclo vital y/o relacional".
Esta línea estratégica está centrada en distintos sectores: personas mayores, cuyo pilar es la ayuda a domicilio, según matizó el regidor, así como las familias y menores en riesgo, mujeres víctimas de violencia de género, jóvenes y personas con discapacidad, y se desarrolla en siete objetivos y 49 actuaciones vinculadas a los planes sectoriales correspondientes.
Estas actuaciones están dirigidas a distintos puntos cruciales en las políticas municipales de servicios sociales, para la inclusión social de distintos sectores de población, como son "mantener e incrementar" la autonomía de las personas mayores a través de la ayuda a domicilio y de mejora de los centros de vida activa y de los centros de estancias diurnas, donde actuaciones como la "mejora de la atención de las personas mayores en su domicilio y la prevención de la soledad no deseada y el aislamiento social son prioritarias".
También, destacó el mantenimiento y aumento de las prestaciones de apoyo a familia y emergencia social en base a la demanda, pues la atención a las familias y los menores en situación de riesgo en este ámbito "son una prioridad". Por último, el documento apuesta por incidir entre los jóvenes para "poner en marcha o potenciar proyectos de vivienda", como de carácter verde o de convivencia, para "favorecer su emancipación". Otros pilares son el estudio y abordaje, en coordinación con los servicios de salud mental, de la situación sociosanitaria de los jóvenes en problemas tan importantes como la soledad no deseada y las altas tasa de suicidio juvenil.
Pobreza y exclusión social
La segunda línea estratégica aborda la intervención con personas y familias en grave situación de pobreza y exclusión social, motivada por factores exógenos como la inexistencia o precariedad de vivienda, el desempleo de larga duración, el deterioro de salud físico y mental, las crisis existenciales crónicas o las penalidades de la migración y el refugio.
Se desarrolla en cuatro objetivos con 39 actuaciones, donde se profundiza en la inclusión de las familias en grave situación de exclusión crónica, las intervenciones con personas sin hogar, la de los migrantes y las de las personas en situaciones de exclusión por problemas de salud mental o adicciones. En esta línea destacan actuaciones como la intervención profesional desde los equipos de inclusión social con las personas a partir de proyectos individualizados de promoción y recuperación personal (proyectos de vida); actuaciones relacionadas con el empleo, como talleres de capacitación profesional básica, talleres y formación para la puesta en marcha y gestión del autoempleo, talleres de habilidades básicas para la búsqueda de empleo, "preferentemente ligadas a los planes de regeneración urbana y priorizando aquellos barrios donde hay más fracaso escolar y más jóvenes en riesgo de exclusión"; y "potenciar las actuaciones a través de proyectos integrales para inclusión social en zonas vulnerables en situación de discriminación territorial".
Respeto y equidad
La tercera y última línea se dirige a fomentar una cultura de respeto, inclusión y equidad que "valore la diversidad en todas sus formas como un factor enriquecedor en sí mismo y que combata activamente cualquier tipo de discriminación y fobia social". Esta línea estratégica se centra en los aspectos de exclusión que tienen que ver con la discriminación y el rechazo personal, social, cultural, religioso de una parte de la sociedad (xenofobia, antigitanismo, racismo, homofobia, etc.).
Se desarrolla en tres objetivos con 24 actuaciones y como actuaciones más destacables, figuran la realización de campañas generales de sensibilización y a la par una formación especializada hacia los profesionales y referentes sociales para combatir los prejuicios y la discriminación que aún persisten hacia la comunidad gitana en ámbitos como el empleo, la educación, la vivienda, etc; el refuerzo del servicio de mediación en conflictos interculturales que facilite la convivencia entre personas de distintas culturas; mantener la información y formación a favor de la convivencia y el respeto a la diversivas cultural y étnica, lucha contra los falsos rumores, las desinformaciones, el racismo y la xenofobia; y programar jornadas y cursos de especialización y formación para profesionales de los servicios sociales, sanitarios y jurídicos en el abordaje de la problemática que sufren las personas LGTBIQ+.