Cierra por jubilación el Café Teatro Zorrilla

M.B.
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Su primer y último 'dueño', Santiago Serna, que lleva años apostando por la cultura en la ciudad, pasará ahora al otro lado de la barra. La Diputación realizará una reforma y sacará a concurso su concesión, junto al teatro, en 2025

Santiago Serna, en el Café Teatro Zorrilla. - Foto: Jonathan Tajes

Quizá no sea uno de los bares con más historia. Quizá usted, lector, no se haya tomado más de uno o dos cafés en él. O quizá, sí. Pero un cierre, y más en la Plaza Mayor, no se debe pasar por alto. Este lunes, 13 de mayo, día de San Pedro Regalado, patrón de Valladolid, es el elegido por Santiago Serna para servir el último trago en el Café Teatro Zorrilla. Allí se han servido muchos: a sus propios clientes, o bien en la primera planta del teatro o bien en su golosa terraza. También a los habituales de las representaciones en uno de los escenarios más privilegiados de la capital –no hay que olvidar que fue construido en honor al escritor vallisoletano del que cogió su nombre, que acudió a su inauguración en octubre de 1884–. Y, por supuesto, a actores, actrices y artistas que han pasado por esas históricas tablas.

Eso sí, no han sido muchos los años que lo ha podido hacer –lo de servir– porque el establecimiento hostelero no llega a los 14 años. Todos han tenido a Santiago Serna su 'dueño'. Realmente es el concesionario de un local que, como el teatro, pertenece a la Diputación.

La institución provincial realizará una reforma para adecuarlo a los tiempos modernos y, cuando la concesión del teatro concluya, en 2025, sacar ambos paquetes juntos, y no separados como están ahora.

Para entonces, Santiago Serna, que lleva años apostando por la cultura en la ciudad, estará ya, como dice él, al otro lado de la barra, que es lo que le apetece hacer. 

Su historia va ligada a la música de la ciudad. Primero, en 1987 con el 'Desafinado', en la plaza Federico Wattenberg, donde comenzó en la hostelería y donde ya trabajó con Mario Benso, programador hoy en día del Café Teatro Zorrilla; y a partir de 1991 en el Café España, donde durante 18 años ofertaron juntos más de 1.600 actuaciones.

«Este no es un espacio de hostelería clásico», reconoce Santiago Serna. Él fue el primer concesionario del café y, por ahora, el último. Y allí, a pesar de la ausencia de un escenario como tenía en el Café España, ha hecho conciertos, presentaciones de libros o películas, charlas y tertulias: «Y últimamente teníamos mucho éxito con las Jam Session de Jazz, que organizaba Max Schreiner».

Serna se trajo el piano –caracterítico del local– y el equipo de música del Café España, donde tocaron, entre otros, artistas de jazz como Tete Montoliu; o de flamenco, como Poveda o Chano Lobato. De hecho, como reconoce Mario, lo de Santiago es más el flamenco mientras él se encargaba del jazz. Juntos han seguido haciendo cultura en el Café Teatro Zorrilla. «Y ahora es hora de jubilarme», señala mientras mira un espacio con una capacidad para 95 personas.

El lunes, este aficionado a la cultura y a la música, hostelero de profesión, pondrá el último trago... en el Café Teatro Zorrilla.