El Real Valladolid tiene un problema y mucho trabajo por delante. Bueno, seguro que más de uno. Pero uno es de plantilla y de número de jugadores con contrato. Un problema para la Dirección Deportiva del club (la comande quien la comande, porque la continuidad de Domingo Catoira es incierta), que tiene que tomar una decisión ya que 16 futbolistas tienen vinculación con la entidad blanquivioleta para la siguiente campaña. Ya en Segunda, algo que puede ser de forma matemático en 3-4 jornadas. Cuatro de esos jugadores firmaron hasta 2026; cinco, hasta 2027; otros cuatro tienen pactado un acuerdo hasta 2028; y hay tres que, incluso, llegan a 2029. Eso de manera oficial, porque en el arranque de este curso, el club hizo algunas modificaciones en los contratos de varios de ellos, para que sus nóminas bajasen anualmente a cambio de que esas vinculaciones fuesen más largas.
Así que de manera oficial tienen un año más, hasta 2026, Javi Sánchez, David Torres, Machis y Sylla. De los cuatro, el 'veterano' es el central, que llegó a Zorrilla en 2019 cedido por el Real Madrid. Al año siguiente firmó ya traspasado (3 millones) hasta 2024 y en 2022 amplió hasta 2026. Es uno de los capitanes. Machis firmó por tres temporadas y media en enero de 2023, aunque entre medias jugó cedido en el Cádiz la pasada campaña, cuando el Pucela estuvo en Segunda. Sylla firmó por solo una campaña en el cierre del mercado de verano de 2023. El ascenso y su protagonismo le hizo ampliar hasta 2026. Mientras que David Torres subió del Promesas en enero de 2023, renovando ese verano hasta 2026.
Otros cinco son blanquivioleta hasta 2027. Ferreira llegó cedido el verano de 2023, con una cláusula de compra obligatoria en caso de ascenso (por 1 millón) y contrato por tres años. Algo parecido a Juric, por 1,5 millones, aunque en su caso no estaba claro que la compra fuese obligatoria; y Amath, por 2,5 millones, también comprado con el ascenso. Amallah fue una apuesta en el mercado de invierno de la 23/24, firmando por cuatro temporadas y media. El año pasado se fue cedido alValencia con el descenso a Segunda. Igual que Kenedy, pero en su caso en el mercado de verano de 2022, cuando el brasileño militaba en el Chelsea.
Un año más, hasta 2028, tienen el medio húngaro Tamás Nikitscher, el único fichaje del pasado mercado invernal; Raúl Moro, por el que el club desembolsó 2,5 millones el pasado verano para hacerse con él; Marcos André, que regresó al Pucela en el verano de 2023 con un contrato largo en otra apuesta del club; y Aceves, renovado en enero antes de irse cedido al Eldense.
Como el portero, otros dos jugadores regresarán de cesión, con contrato en sus casos, hasta 2029. Uno es Biuk, que está en el Hajduk Split, después de que el club pagase por él el pasado verano; y el otro, Meseguer, clave en el ascenso, que en enero se fue a préstamo al Racing de Santander (que podría tener una cláusula de compra en caso de ascenso). Otro jugador tiene contrato con el Pucela hasta 2029. Se trata de Latasa, otra de las apuesta de la entidad, que llegó el pasado verano traspasado (tras pagar unos 5 millones por el 50% de sus derechos).
De estos 16 destacan tres por sus altas fichas y lo complicado que sería mantenerles en la entidad con el descenso (pese a que, normalmente, los jugadores tienen un salario en Primera y otro en Segunda). Kenedy, Marcos André y Machis son los tres integrantes de la plantilla que tienen vinculación con el Real Valladolid con las fichas más altas.
En el club se vería con buenos ojos su salida, aunque en el caso de Marcos André dependerá del entrenador y de si Sylla y Latasa continúan.
Del resto, Moro se irá por las ofertas que puede manejar; Amallah, por no haber estado nunca apostando por este proyecto; mientras que JaviSánchez puede salir tras un amplio ciclo en el club.
Hein, Candela, Cenk, Comert, Aidoo, Aznou, Grillitsch y Mario Martín acaban su cesión aquí, mientras que Meseguer, Biuk y Aceves regresarían y habría que ver en qué condiciones. Anuar, Chuki, Luis Pérez, Iván Sánchez y Henrique Silva tienen firmado solo hasta junio de este año, y salvo Anuar y sobre todo Chuki, es complicado que el resto sigan –a expensas de saber qué condiciones tiene Henrique–.
Lo dicho, mucho trabajo.