Iveco prepara un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para encajar una nueva bajada de producción en su factoría de Valladolid, donde trabajan más de un millar de personas. En la de Madrid ya tienen uno de 57 días activado desde hace dos semanas que se extenderá hasta el 31 de marzo de 2025 para más de 2.000 empleados que trabajan en la gama heavy (cabinas de camión), mientras que los detalles del que se pondrá en marcha en las instalaciones de la carretera de Soria, donde el grueso de la actividad se centra en la gama Daily (furgonetas), no se conocerán hasta el 4 de noviembre, día en el que está previsto que se abra el periodo de consultas.
De momento, la empresa ya anticipaba este viernes a los sindicatos que vayan preparando la constitución de la comisión negociadora de cara a esa próxima reunión en la que se les facilitará la memoria explicativa y el informe técnico del ERTE, según confirmaron a El Día de Valladolid tanto CCOO como UGT.
El ERTE de la planta de Madrid ya viene afectando en estas últimas semanas a un centenar de empleados de la de Valladolid, aproximadamente, que son los que realizan trabajos vinculados a la producción de camiones. De hecho, este viernes no han trabajado por tal motivo y tampoco lo harán ninguna de las cuatro jornadas laborales de la próxima semana. No obstante, hasta ahora han llevado a cabo las paradas con cargo a la flexibilidad disponible, pero la bolsa de horas en negativo se está agotando.
En paralelo, ahora está por verse también el grado de afección del nuevo ERTE en Valladolid para ajustar a baja la producción de unidades de Daily como consecuencia de un "importante descenso" de los pedidos; aunque, como apuntan los sindicatos en vistas de los precedentes, "lo habitual" es que se extienda a la práctica totalidad de la plantilla.
Bajada progresiva de producción en el segundo semestre
El año en curso coincide con el lanzamiento de modelos renovados en las dos gamas que trabaja Iveco en Valladolid, que se han tenido que adaptar a una nueva normativa europea con fecha límite de aplicación fijada para el pasado 1 de julio, cuya adaptación ha supuesto cambios que han elevado costes y, en consecuencia, también precios. A tal circunstancia se atribuye en el sector buena parte del aumento de la demanda comercial que se produjo durante la primera mitad del año, presumiblemente, por empresas que pudieron anticipar compras para ahorrarse tal subida de precios; y de ahí también se presume el descenso de pedidos de los últimos meses, que ya llevaron a eliminar el turno de noche de camiones el verano pasado.