El cine de Olivier Assayas llegó hoy por primera vez a la Semana Internacional de Cine de Valladolid con 'Tiempo compartido', un ensayo con tanto de cinematográfico como de narrativo, donde viaja hasta los meses del confinamiento a través de dos hermanos, Paul y Etienne, cineasta y periodista musical, que se ven atrapados en la casa de su infancia en un enclave rural de la región de Normandía junto a sus respectivas parejas.
Alter ego del propio Assayas, el cineasta encarna las neuras y los miedos con que buena parte de la población vivió ese periodo de desconcierto y miedo. Por el contrario, su hermano encarna la vertiente opuesta, de aquellos que encontraron en esa reclusión forzosa una manera de restringir sus libertades. Los dos se encuentran, cara a cara, tras décadas haciendo sus respectivas vidas.
Como el agua y el aceite, la forma de ser de ambos se junta pero no se mezcla, mientras se ven "atrapados en una vieja ruina, reviviendo su infancia". A través de la voz en off de los cuatro protagonistas, Assayas plasma en celuloide las ausencias y vacíos que les modelas, sus preocupaciones, miedos y anhelos, siempre en un entorno burgués que les marca a fuego, donde la literatura, la música, la pintura (con especial intensidad David Hockney) y el cine son temas capitales de sus conversaciones.
Los cuatro comen, beben, fuman y, sobre todo, hablan. Hablan, escuchan y apenas callan. Hablan entre ellos y mediante las pantallas, con sus familiares a distancia o con sus psicólogos, entregados a lo que definen como "un paréntesis milagroso", que ahora, cuatro años después, parece que nunca hubiera existido.
En el dosier del film, Assayas se refiere a 'Tiempo compartido' como el reverso "documental" de su película 'Las horas del verano' (2008): "Una versión en la que desentrañara la ficción que había construido, para encontrarme desnudo. Curiosamente, mi casa y los fantasmas que la habitan -los de mi padre, mi madre, sus lugares, objetos y muebles, todos cargados de significado- se convirtieron, en el proceso, en el equivalente de instalaciones de arte contemporáneo, à la Sophie Calle, si se quiere".
'Tiempo compartido' habla de los lazos que nos unen y nos atan, sobre los vínculos que han configurado quiénes somos, sobre lo que nos pertenece y sobre nuestras raíces. Así queda evidenciado en el epílogo, entre alusiones a Pericles y Aspasia, en un guiño de esperanza que personaliza en la hija del cineasta, cuyo futuro aún está por escribir.