Valladolid tiene un serio problema demográfico, similar al de muchos otros territorios de la España interior. La pérdida de habitantes tanto en la ciudad como en los pueblos está ocasionado efectos irreversibles en muchos municipios, que ven claramente cómo sus vecinos se van marchando año tras año y ya corren serio riesgo de desaparición. Pero esta complicada situación demográfica no se produce únicamente por la despoblación, sino que se agrava con un preocupante envejecimiento. Como ejemplo de este proceso, los mayores de 65 años han crecido casi un 20 por ciento en la provincia de Valladolid en tan solo una década. acaba solo en la pérdida de vecinos, sino que también se centra en el preocupante envejecimiento.
El Día Internacional de las Personas Mayores, que se conmemora durante la jornada de hoy, pone de relieve un incremento de la edad media de la población. Según los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadísica (INE), el número de personas mayores de 65 años ha aumentado un 19,6 por ciento en una década, al pasar de los 104.266 residentes en la provincia con por encima de la edad de jubilación en 2012 a los 124.714 recogidos a finales del año 2022. Por el contrario, la cifra de menores de 30 años ha caído casi un 10 por ciento en este periodo, ya que ha pasado de 149.614 a 134.774.
El mayor aumento de personas en Valladolid se ha registrado en la franja de edad entre los 65 y los 79 años, con un fuerte crecimiento cercano al 21 por ciento (20,8), una tendencia completamente contraria a la que se produce con los de menor edad. Mientras los mayores no dejan de crecer, sin que por el momento se vislumbre un estancamiento, los jóvenes disminuyen cada año un poco más.
Aún más, este envejecimiento se ve agravado por el descenso en los nacimientos. El número de alumbramientos en la provincia vallisoletana ha pasado de 7,05 por cada mil habitantes en el año 2017 a los 6,25 tan solo cinco años más tarde.