Kylian Mbappé no hizo muchos amigos por Sudamérica, con aquello de «cuando llegamos al Mundial, estamos listos porque jugamos constantemente partidos de mucho nivel. Y Argentina o Brasil, no. En Sudamérica el fútbol no está tan avanzado como en Europa». Se lo recordaron muchas veces después de que Argentina ganase a Francia la final del Mundial de Qatar y se lo acaban de recordar desde Uruguay, el país que se ha proclamado campeón del mundo sub'20. «Se equivocó -dijo el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Ignacio Alonso, tras conquistar el título-, porque aquí somos muy competitivos».
Quizás el 'astro' galo solo miró un lado de la moneda (el fútbol de clubes) y se olvidó del otro (el de selecciones), pero esa afirmación aparentemente inocente y probablemente bien intencionada, se ha convertido en una losa que le caerá encima cada vez que el balompié del Nuevo Continente logre la gloria sin la 'plata' (dinero) que maneja el europeo.
'Ley Bosman'
Años 90. El 'deporte rey' sufre la mayor revolución económica de su historia. Nace la Premier League (1992), se disparan los derechos televisivos, surge la 'Ley Bosman'… Revientan los mercados y se empieza a abrir una brecha insalvable respecto a las ligas latinoamericanas.
El mejor ejemplo se halla en la Copa Intercontinental, hoy Mundial de Clubes, un torneo que nació para medir las fuerzas del campeón de la Copa de Europa y el de la Copa Libertadores, y que en 2000 se abrió a los ganadores de las otras cuatro 'Champions' por confederación (Norteamérica, Asia, África y Oceanía).
La primera edición se disputó en 1960 (el Real Madrid ganó al Peñarol uruguayo). Hasta 1994, año previo a la 'sentencia Bosman', los combinados europeos habían ganado 13 Intercontinentales y los americanos, 21. Pero a partir de esa edición y de los cambios ya mencionados en el fútbol del Viejo Continente, todo cambia: el 'marcador' de 1995 a 2022 es de 23-5 a favor de las escuadras de Europa. Un vuelco radical. Corinthians (2012) fue el último en saltarse el 'statu quo', y en los últimos 10 años incluso se ha agravado la situación de los equipos latinoamericanos: solo han alcanzado cinco finales. Africanos (Raja Casablanca), asiáticos (Kashima Antlers, Al-Ain y Al-Hilal) o norteamericanos (Tigres) les han 'usurpado' hasta el segundo cajón del podio.
Cierta igualdad
Sin embargo, todo cambia en Sudamérica cuando suenan los himnos nacionales. No es casualidad que la Historia de los Mundiales cuente con 10 triunfos americanos y 12 europeos… un pequeño desequilibrio que no se ha roto, como prueba el 'Mundialito', desde los años 90: 3-5 para el Viejo Continente.
Tomando entonces 1990 como punto de partida en la comparativa, las tres competiciones 'amateurs' (ya no tanto) más populares del planeta dictan sentencia: América tiene a los mejores jugadores jóvenes del mundo… y seguirá aguantando el tirón en el ámbito de las selecciones. En los Juegos Olímpicos, solo un europeo (España en el 92) se ha coronado: después se llevaron el oro en fútbol Argentina (dos), Brasil (dos) y México, además de Nigeria y Camerún.
En los Mundiales de categorías inferiores, Uruguay acaba de llevarse el sub'20, una categoría que, en sus últimas 16 ediciones, ha conocido nueve triunfos latinoamericanos (cinco argentinos, tres brasileños y este uruguayo) frente a seis europeos -más uno de Ghana-; y en el sub'17, seis triunfos americanos frente a tres europeos… y otros seis africanos (cuatro de Nigeria y dos de Ghana).