La Merced diseña la primera FP de cocinas solares para Burundi

D. Núñez
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El instituto vallisoletano coordina este proyecto Erasmus, en el que participan once entidades, con una financiación de medio millón de euros y tres años de duración

La Merced diseña la primera FP de cocinas solares para su implantación en Burundi. - Foto: Jonathan Tajes

Un grupo de jóvenes estudiantes prepara diferentes piezas en el taller de metal del instituto La Merced. Aprenden a distinguir materiales y a manejar las máquinas mientras fabrican los componentes de una cocina solar. No es un objeto sin más. Tiene su razón de ser que estén elaborando este tipo de cocinas y es que está vinculada con un proyecto que desarrolla el centro que tiene entre sus metas finales luchar contra la desertificación y cualificar a jóvenes en desempleo de un país africano.  

Y es que la cocina solar es la protagonista de un proyecto Erasmus que coordina este centro educativo vallisoletano y que desarrolla junto a otros once socios más. En concreto, se va a diseñar el primer curso de manufacturación de cocinas solares del mundo, un tipo de cocinas ya inventadas, pero que suponen una innovación para su desarrollo dentro de un programa educativo. El primer curso de cocinas solares del mundo se impartirá en Burundi.

La coordinadora de Erasmus FP del IES La Merced, Elena Castrillo, explica que el centró optó a uno de los programas europeos que busca mejorar la Formación Profesional en terceros países y ahí es donde entra el diseño de cocinas solares. Cuentan con 500.000 euros de fondos para desarrollar todo el proyecto y tres años para completarlo. 

El arranque tuvo lugar el pasado diciembre, eso sí, tras estar durante largo tiempo preparando la documentación que implica a empresas, centros educativos e instituciones de España, Burundi y Turquía. Una tarea compleja. 
dar una respuesta. Castrillo explica que en un viaje a Burundi conoció la situación de deforestación que sufre el país «por tener que usar el carbón y la leña para cocinar porque no hay otra fuente de energía». En La Merced ya se había realizado algún experimento educativo con las cocinas solares y, juntando las dos ideas, se comenzó a dar forma al proyecto.  

Esta docente indica que hay países en África que plantean prohibir el uso de cocinas de carbón o leña para atajar el problema de la desertificación. Además, la alimentación en Burundi se basa en arroz y alubias y no se pueden comer si no son cocinados. Aunque éste es el principal problema, las cocinas tradicionales también provocan enfermedades y numerosos accidentes que causan quemaduras graves. «De ahí surge el proyecto. La idea es dar una respuesta desde la FP a un problema acuciante a nivel global como es la deforestación y que, además, es una de las líneas prioritarias en las que está trabajando la UE». Pero también es un problema que afecta al resto del mundo por la pérdida de biodiversidad. 

Castrillo remarca que todo esto es el contexto que justifica el proyecto, pero que la misión del instituto y del resto de colaboradores es el diseño del curso. No van a fabricar ni vender cocinas solares. Es más, matiza que no van de misión a Burundi. El trabajo que se va a realizar es de formación entre profesores, es decir, entre iguales. 

En julio tendrán el primer encuentro en el país africano, con la participación de 30 docentes de tres centros educativos diferentes. Se hablará del diseño del curso y se comenzará a elaborar el material necesario. Asimismo, se formarán en nuevas tecnologías. 

El segundo encuentro, sin fecha aún, servirá para ensayar con dichos materiales y grabar los vídeos tutoriales. La idea sería dejar todo listo para iniciar el curso piloto.

Y la tercera intervención será ver cómo va ese curso piloto con alumnos reales y si es preciso hacer cambios. Una vez que esté todo hecho, se redactará el proyecto definitivo y se presentará a las autoridades de Burundi. De hecho, se prevé una fase de difusión para animar al Gobierno africano a su implantación, ya que uno de los socios del proyecto es la Dirección General de FP del país. Además, se está trabajando desde Burundi para facilitar cursos de capacitación rápida a jóvenes en desempleo con el objetivo de que puedan encontrar un trabajo de forma rápida. Y este proyecto encaja ahí. 

Formar

Otro punto a favor es que sigue el marco de cualificaciones profesionales de la UE. Es decir, los alumnos del curso de cocinas solares no tendrán un título de FP, pero sí un documento que indicará que está cualificado para determinadas tareas. Es algo en lo que trabaja la Unión Europea desde hace tiempo para facilitar la movilidad profesional, señala Castrillo. 

Y si finalmente se desarrolla este curso en varios centros, los alumnos podrán tener en un futuro cercano talleres pequeños en los que fabricar cocinas solares. La docente del IES La Merced plantea que podría ser una fuente de riqueza si logran exportar este producto al resto de países africanos que tienen el mismo problema. 

«Nos gusta decir que, de alguna forma, es un proyecto que pone a la FP, no solo al servicio de la generación de riqueza y de puestos de trabajo, sino al servicio del bien común porque resuelve un problema global como es la deforestación», añade Castrillo. Además, deja un impacto en Valladolid, por ejemplo, al abordar la sostenibilidad con la fabricación de las cocinas solares en el taller de metal.