Hay que acatar las decisiones de los tribunales como hay que acatar los resultados electorales, y aunque Feijóo ganó las elecciones, Pedro Sánchez cuenta, en principio,con más apoyos para ser investido presidente.
Esta mañana se ha reunido con la portavoz parlamentaria de Bildu, Merche Aizpurúa, y con la de Junts, Miriam Nogreras. A esta periodista, y supongo que a un buen número de españoles, la imagen del presidente de gobierno con la representante de un partido que alberga condenados por terrorismo y que no condena a ETA, y con la representante de un partido que pretende independizarse de España y cuyo máximo dirigente es un prófugo de la Justicia, duele. Más que un golpe físico. Indigna.
No imagino a un presidente europeo en esa situación, y que nadie ponga como ejemplo a Blair negociando con el IRA el Viernes Santo de hace 25 años. Ni la historia del IRA es la de ETA, ni la de Irlanda del Norte es la historia de España, ni la actitud del IRA ante la negociación es la actitud de Bildu y Junts. Y Toni Blair no es Sánchez, solo les une su ideología socialista, aunque los principios del premier inglés están muy alejados de los del presidente español. Para desgracia de los españoles, a los que, como cualquier ciudadano, gusta que su jefe de gobierno sea una personalidad reconocida en todo el mundo, incluso admirada, incluso sin haberle votado. Admiración que no se da. Pero efectivamente hay que respetar el resultado de las urnas, aunque algunos de los socios a los que agasaja el presidente de gobierno no respetan las leyes ni la Constitución. No solo no las respetan sino que hacen alarde de que no tienen la menor intención de hacerlo.
Nogueras ha entregado un papel a Sánchez que recoge las exigencias de Puigdemont para que Junts dé su voto a la investidura. Un papel porque Puigdemont tendría que comparecer ante el juez Llarena si se entrevista personalmente con Sánchez en suelo español. Papelón el del presidente, que además dijo en la recepción de la Fiesta Nacional que no descartaba hablar con Puigdemont. Se comprende que varios de los países de la UE anden ya equiparando a España con Polonia y Hungría, y que el comisario de Justicia repita cada dos días que España no cumple los requisitos a los que obliga la separación de poderes.
Aizpurúa, encantada del encuentro con Sánchez, dice que esa reunión es un "hito" en la historia de Bildu. Lo es, pero es un hito porque ningún otro presidente se entrevistaría con un partido con el pasado y el presente de Bildu, que sigue sin condenar el terrorismo de ETA.
Solo cabe tragar… y repetirse uno mismo que la democracia obliga a respetar el resultado de las urnas. Aunque un presidente busque los votos "debajo de las piedras" sin que le importe que no cumplan las leyes ni el mandato constitucional.