Más de 33 años después de que se anunciara la intención de soterrar las vías del tren en Valladolid este proyecto sigue marcando la actualidad informativa. La primera vez que se planteó esta opción fue con el socialista Tomás Rodríguez Bolaños como alcalde. Y tenía el mismo problema con el que lidia ahora el actual regidor, Jesús Julio Carnero. El soterramiento solo se podía llevar a cabo si se conseguía financiación. Primero se recurrió a las plusvalías de los terrenos liberados por la operación urbanística, y así figuró en el convenio inicial de 2002, que dio lugar a la sociedad Valladolid Alta Velocidad (VAV), que sería la encargada de gestionar la transformación urbanística de la capital. Un empeño en el que se contó con la implicación de un arquitecto de renombre mundial para diseñar el 'Nuevo Valladolid' que surgiría tras suturar la cicatriz de la vía.
Un proyecto con un presupuesto abultado, que en algún momento llegó a superar los mil millones, y que con el estallido de la burbuja inmobiliaria se frustró en 2017. Las tres administraciones involucradas en su ejecución (Ministerio de Transportes, Junta de Castilla y León y Ayuntamiento) asumieron entonces como buena la alternativa de la integración, mucho más barato, 350 millones de euros, y con unos plazos de ejecución mucho más acotados en el tiempo.
El desarrollo, con más de una veintena de pasos subterráneos y pasarelas, lo capitaneó el equipo de Gobierno formado por PSOE y Valladolid Toma la Palabra (VTLP). El Consistorio consiguió inaugurar el primer túnel, el de la plaza de Rafael Cano, en Pilarica, a principios de mayo de 2019. El objetivo era que los vallisoletanos visualizaran antes de las elecciones municipales la nueva propuesta de permeabilidad para comunicar ambas márgenes. Este paso también conllevaba la urbanización de la plaza y de las calles adyacentes. Un planteamiento de mejora que se incluía en el proyecto de integración, pero que debía costearse con fondos municipales. Desde entonces se han ejecutado los pasos de Andrómeda, que está fuera del convenio, el de Panaderos y Recondo y se está terminando el de Padre Claret. Además, está pendiente de completarse la ampliación del túnel de vehículos de Labradores, incluido en el proyecto de Panaderos, pero que se ha retrasado más de un año por problemas técnicos y sobrecostes. En total, esto ha supuesto una inversión de más de 30 millones hasta la fecha, pero este mismo año se podrían adjudicar contratos por valor de 50 y dar un empujón al proyecto.
Pero el cambio de color en el Ayuntamiento en mayo de 2023 ha conllevado también uno de planteamiento. Carnero llegó a la Alcaldía con el compromiso personal de recuperar la opción del soterramiento. Y pocos meses después, su predecesor, Óscar Puente, llegó al Ministerio de Transportes y desde el primer momento reiteró que eso no sería posible. Así han pasado semanas de tira y afloja, con varias reuniones y consejos de administración de la VAV sin conseguir llegar a acuerdos. Hasta el último, que contó con la presencia del socialista, que tiró de un informe de Adif para «demostrar la inviabilidad técnica y económica del soterramiento». Y, además, plantear al alcalde el ultimátum de «integración o disolución de la sociedad VAV».
Encrucijada
¿Qué puede implicar este órdago? En principio, Carnero descarta taxativamente que tenga que elegir, y continúa defendiendo la opción del soterramiento. De hecho, este jueves ha reunido a la Mesa del Soterramiento para reclamar a Adif la documentación técnica y económica que usa el ministro para decir que el soterramiento es una «entelequia». Pidió en el consejo de administración un segundo informe «independiente», que se denegó, y tras el encuentro, se lo ha vuelto a solicitar al ministerio.
¿Cuánto tiempo se mantendrá esta incertidumbre? ¿Qué efectos tendrá sobre los proyectos pendientes de licitar de la integración? Transcurridos más de seis años desde la firma del nuevo convenio, el balance de ejecución refleja que se ha puesto en funcionamiento una de las grandes infraestructuras previstas: el nuevo paso para vehículos, peatones y bicicletas de Panaderos, con un ramal dirección Delicias desde Recondo. No obstante, no se ha ejecutado la otra pata del proyecto, la ampliación de gálibo del túnel de Labradores.
El otro gran paso, el de Arco Ladrillo, tendrá su proyecto listo en junio y se podría licitar para comenzar las obras antes de fin de año. Un cronograma que no parece fácil que se cumpla ante este futuro incierto del proyecto y de la propia sociedad VAV. Además, el Ayuntamiento ya mostró públicamente varias objeciones al proyecto, incluidas algunas de seguridad, pero también reconoció que no se opondrá a las obras que sean compatibles con un posterior soterramiento de las vías. Esto es algo que no se conocerá hasta que no esté el proyecto completo, al igual que su coste, que inicialmente se ha presupuestado en 23 millones de euros.
La sociedad VAV también tiene listo para licitar los tres pasos de Ariza. Desde hace más de un año está redactado el proyecto del nuevo túnel para tráfico de dos carriles entre la calles Hípica y Adolfo Suárez. En la misma situación se encuentran los diseños del nuevo paso inferior para peatones y bicis entre la calle Ariza y las calles Gabilondo y Álvarez Taladriz, además del que unirá la prolongación del Camino de la Esperanza y el acceso al parque de las Norias. El inicio de las obras para las nuevas conexiones rodadas y peatonales está condicionado a la puesta en servicio de la variante este de mercancías, que actualmente se haya en ejecución, porque la línea de Ariza todavía tiene tráfico de los trenes de mercancías que transportan los vehículos de Renault. Unas obras que deberían terminar antes de que finalice este año. El presupuesto inicial para estas actuaciones se fijó en 16,6 millones.
En la zona este también está listo para licitar el proyecto de mejora de la nueva conexión peatonal y de bicis entre Unión y Pelícano, presupuestada en 6,2 millones. Y está pendiente el informe de supervisión del Ayuntamiento del proyecto del paso peatonal y para bicis de san Isidro, que podría superar los dos millones.
Doble vía
Adif está pendiente de adjudicar, entre las siete ofertas presentadas, el contrato para la segunda vía de ancho estándar en el acceso norte de la estación de trenes. Esta obra es necesaria para incrementar la capacidad de la terminal por el crecimiento del tráfico asociado a la extensión y la liberalización de la red. Esta actuación, que se licitó a primeros de noviembre del pasado año con un presupuesto de 31,22 millones de euros. El Gestor de Infraestructuras también adjudicó recientemente las obras de la segunda fase de la estación intermodal de mercancías por 61 millones.
Nueva estación
Adif quiere licitar la obra en los primeros meses de 2025. Se construirá un edificio sobre los andenes que conectará ambos lados de la ciudad y se ampliará la playa de vías. El edificio, que se levantará junto al inmueble histórico, dispondrá de una calle elevada adosada para peatones y ciclistas, conectando con la futura terminal de autobuses. Se accederá por escaleras mecánicas y rampas, mientras que la plaza de la estación nueva tendrá un diseño accesible, con vegetación y zonas de sombra. El proyecto cuenta con un presupuesto de 170 millones e incluye la construcción de un parking subterráneo de entre 675 y 700 plazas y la rehabilitación del edificio antiguo para dotarlo de nuevos espacios y funcionalidades.