Fue un cierre de filas en toda regla la reunión de todos los presidentes autonómicos del Partido Popular para hacer frente a la última propuesta-trampa del presidente del Gobierno que había ofrecido reuniones bilaterales con cada uno de ellos para hablar de la financiación de su territorio y de esta forma minimizar las críticas y la protestas por la financiación singular pactada con ERC para hacer presidente de la Generalitat a Salvador Illa, en la que los barones populares se comprometieron a tratar la financiación "únicamente en los foros multilaterales diseñados para ello".
La unidad de acción ha durado el tiempo que han tardado algunos presidentes autonómicos en ser preguntados sobre qué van a hacer cuando les llamen a La Moncloa y que le van a decir a Pedro Sánchez acerca de lo que les compete directamente a ellos, que es conseguir cuantos más fondos mejor para los servicios públicos que han de prestar a sus ciudadanos. Tanto el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, como el de Valencia, Carlos Mazón, han decidido que se saltarán el acuerdo firmado en comandita, no en vano se trata de dos de las comunidades autónomas que están infrafinanciadas y que más padecen que el sistema lleve años sin modificarse y por lo tanto sí hablaran de financiación autonómica y de sus propias "singularidades" ha dicho el presidente valenciano.
Es decir, que no solo no han hecho caso a la propuesta de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, de boicotear las llamadas de Sánchez -todos consideraron que era una descortesía y una irresponsabilidad no acudir a una llamada del presidente del Gobierno- y ni tan siquiera se reflejó en el documento firmado al término de la reunión. Cuestión distinta, mantienen también lo presidentes autonómicos que quieren "hablar de los suyo", es negociar sobre las quitas de la deuda que propone el jefe del Ejecutivo, y que ahí sí, quiere que se debata en un foro multilateral, en una Conferencia de presidentes o en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Y eso que la Comunidad Valenciana es una de las regiones que más endeudada se encuentra.
La declaración firmada por los barones populares -"Todos a una"-contenía bastantes generalizaciones y una sola propuesta concreta, la "inyección inmediata" de 18.000 millones de euros no ejecutados de los fondos europeos Next Generation como parte de un fondo transitorio hasta que se concrete el nuevo modelo de financiación autonómica.
Esa sigue siendo la cuestión principal, que pese a todo el poder político acumulado en las comunidades autónomas no hay visos de que el PP formule una propuesta sobre financiación pactada entre todos sus presidentes que indique cuáles son sus prioridades, y sobre qué criterios ha de basarse porque no son iguales las necesidades que tienen las regiones más pobladas que las regiones más envejecidas. Feijóo, en su etapa de presidente de Galicia, reunió en Santiago -incluidos presidentes socialistas- a los mandatarios de las regiones con unos problemas de financiación similares a la suya, que nada tienen que ver, con las levantinas, Madrid y Andalucía.
Como preveía Díaz Ayuso la iniciativa de Sánchez se basaba en el principio de 'divide y vencerás' y, a la vista de lo poco que han durado prietas las filas, llevaba razón. Cuando se trata de hablar de dineros cada presidente autonómico piensa en los ciudadanos ante los que tendrá que rendir cuenta en las urnas