El Clínico, centro nacional para extraer electrodos cardiacos

Óscar Fraile
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El Ministerio concedió al hospital el 13 de enero la categoría de unidad de referencia para intervenir a pacientes de toda España, una distinción que aumentará las 30 intervenciones que hace ahora al año

La cirujana cardiovascular Nuria Arce (i) y María Sandín, de la Unidad de Arritmias y Electrofisiología. - Foto: Jonathan Tajes

Una de las consecuencias de llevar un marcapasos o un desfibrilador en el interior del organismo durante muchos años es que sus cables se acaban adhiriendo a las venas y los vasos sanguíneos. Esto supone una seria complicación cuando hay que retirar alguno de estos dispositivos cardiacos, ya sea porque hay una infección, lo más frecuente, o por cualquier otro motivo.

Hasta no hace muchos años esta operación se realizaba mediante una esternotomía media, es decir, con cirugía abierta en el esternón, con todo lo que ello conlleva para el paciente. Un sistema que progresivamente fue sustituido por la extracción percutánea, o lo que es lo mismo, la retirada de estos cables a través de un pequeño orificio en el que se introducen vainas de disección que, con la ayuda de una pistola desde fuera, son capaces de separar los cables de las venas con unas cuchillas. Cuando los cables están separados, se tira desde el exterior para sacarlos.

En el Hospital Clínico Universitario se utilizó este sistema desde 2013 hasta 2020, fecha en la que se empezó a utilizar tecnología láser para esta separación. Hoy en día se combinan ambas, aunque el láser es lo más frecuente. Fruto de esta experiencia, y del trabajo conjunto entre los servicios de Cirugía Cardiaca y Cardiología (sección de Electrofisiología y Arritmias), el Ministerio de Sanidad concedió al Clínico el pasado 13 de enero la categoría de centro de referencia nacional para hacer este tipo de intervenciones, lo que implica que a partir de ahora podrán recibir a pacientes de toda España y no solo de su área de influencia, en el que también eran referencia. «Esto tiene varias ventajas, por ejemplo, que vamos a tener más intervenciones y eso hace que los pacientes estén tratados por un equipo con más experiencia y, por lo tanto, con mejores resultados», explica Nuria Arce, cirujana cardiovascular que forma parte de este equipo. Además, ser centro de referencia nacional también supondrá que Sacyl tendrá ingresos por parte del Ministerio cada vez que intervenga a pacientes de otras comunidades, algo que no sucede ahora.

Un marcapasos con los electrodos al fondo. Un marcapasos con los electrodos al fondo. - Foto: Jonathan Tajes

Este equipo suele realizar unas 30 intervenciones de este tipo al año. Es decir, no son muy habituales, pero sí que han ido al alza en los últimos tiempos por el envejecimiento de la población y, por lo tanto, el mayor número de marcapasos que se implantan. En el Clínico, unos 350 al año.

Retirar los electrodos de uno de estos dispositivos es una operación delicada si surgen complicaciones, aunque esto solo pasa entre un 3 y un 5% de las veces. El equipo tiene que asegurarse de que el cable esté completamente despegado antes de intentar sacarlo porque, de lo contrario, se corre el riesgo de romper la vena cava y provocar la muerte del paciente. El motivo más frecuente para retirar este dispositivo es la infección, aunque también puede darse el caso de que el electrodo se haya estropeado. «Cuando eso pasa, también hay que quitarlo porque, si no lo haces, al paciente no le podrán hacer nunca una resonancia, además de que hay más riesgo de infecciones a largo plazo y de obstrucciones», agrega María Sandín, de la Unidad de Arritmias y Electrofisiología del Servicio de Cardiología.

Fue en 2023 cuando el Ministerio lanzó una nueva convocatoria de Centros, Servicios y Unidades de Referencia (CSUR) y cuando el Clínico lo solicitó al entender que cumplía con los requisitos. En los siguientes meses el equipo tuvo que afrontar unas auditorías muy exigentes, que analizaron todo el proceso, desde los quirófanos, hasta la recuperación en planta, además de los resultados médicos obtenidos hasta la fecha, los protocolos que se siguen y el cumplimiento de la normativa. Finalmente quedó acreditada la calidad de estas intervenciones y Sanidad convirtió al Clínico en el noveno  centro de referencia del país en la extracción percutánea de electrodos en adultos. Aunque el hospital vallisoletano tiene una ventaja sobre los demás, que es el trabajo conjunto de Cardiología y Cirugía Cardiaca, que en otros centros solo se hace de forma puntual. El responsable de la Unidad de Arritmias y Estimulación Cardiaca, Jerónimo Rubio, fue el impulsor de este sistema en el Clínico, aunque también ha sido clave la participación del jefe del Servicio de Cirugía Cardiaca, Juan Bustamante, y del cirujano cardiovascular Salvatore Di Stefano. 

Arce y Sandía, al fondo, en una intervención.Arce y Sandía, al fondo, en una intervención.

En estas intervenciones participan un cirujano y un electrofisiólogo, además de tres personas de enfermería, un anestesista y un profesional de diagnóstico por imagen, para conocer con antelación el alcance de la adherencia del cable. Aunque en todo el proceso participan más profesionales de otros servicios.

La recuperación de los pacientes tras estas intervenciones ha mejorado mucho en los últimos años. Cuando se trata de una infección local, puede durar pocas horas; en una general, puede prolongarse hasta tres semanas.

El cuarto en Valladolid

Con la reciente autorización del Ministerio de Sanidad, Valladolid ya cuenta con cuatro centros de referencia nacional que tratan distintas patologías a pacientes de toda España. Los dos más antiguos son el de 'Reconstrucción de la superficie ocular compleja. Queratoprótesis' y 'Tumores intraoculares del adulto', ambos ubicados en el Hospital Clínico y con esta categoría desde el 26 de diciembre de 2008. 

En la Unidad de Tumores Intraoculares, que son enfermedades poco frecuentes, se utilizan técnicas muy concretas, como la braquiterapia epiescleral, un tipo de radioterapia que consiste en la colocación de una placa con un material radioactivo suturada al globo ocular con el fin de destruir el tumor. Para colocar esta placa es necesario hacer dos intervenciones quirúrgicas, una para implantarla y otra para retirarla. Generalmente la primera intervención se realiza bajo anestesia general y la segunda con anestesia local. 

En la unidad de 'Reconstrucción de la superficie ocular compleja' se sustituyen córneas dañadas por otras artificiales fabricadas con distintos materiales transparentes. Aunque en esta unidad también se realizan trasplantes de córnea. Unas intervenciones muy complejas que también se llevan a cabo en otros diez centros hospitalarios de España.

Por otro lado, en noviembre del año pasado el Ministerio de Sanidad autorizó como centro de referencia el que se ocupa del Drenaje guiado por endoscopia de la obstrucción bilio-pancreática compleja en el Hospital Universitario Río Hortega.