Cara y cruz en el arranque liguero del Caja Rural CPLV y de las Panteras. El equipo masculino se quedó con la miel en los labios y perdió, en la tanda de penaltis, ante el Metropolitano tras ir dominando por 2-0 en la segunda parte. Mientras que el femenino sí hizo los deberes y, aunque con sufrimiento, se deshizo del Angels Sagunto por 2-0.
La jornada no fue redonda en el Polideportivo Canterac porque al Caja Rural CPLV se le atragantó el Metropolitano, un conjunto que jugó sus bazas en Valladolid y le salió cara. Los vallisoletanos dominaron la pastilla, tuvieron más y mejores ocasiones, pero no tuvieron el día de cara a portería y, a pesar de ponerse con dos tantos de distancia, no remataron y vieron cómo los vizcaínos, con dos zarpazos, pusieron las tablas para mandar el choque a la prórroga (un punto para cada uno) y luego a los penaltis, donde se dilucidó el otro, que acabó viajando a Bilbao.
La primera parte fue un quiero pero no puedo del CPLV, con muchas ocasiones pero sin gol. La segunda arrancó con mejores sensaciones y fruto de ello llegaron dos goles seguidos, el primero de Max Langlois, tras una brillante acción; y el segundo, después del saque de centro, con Carlos Cabrera asistiendo a Andrés Baños. El encuentro parecía encarrilado y más con el dominio del disco. Pero nada más lejos de la realidad. Una pérdida en una salida desde atrás hizo que el Metropolitano recortase distancias, con un gol de Peru Albizu; y una superioridad numérica dio la oportunidad a los vascos para empatar, que Asier Arpón aprovechó. Quedaban 10 minutos, pero el 2-2 ya no se alteró. Ni en la prórroga, a la que el CPLV llegó de nuevo con uno menos. En los penaltis, Pello Gallestegi fue el único que marcó y dio el segundo punto a los suyos.
Imagen del CPLV Panteras-Angels Sagunto. - Foto: Alfonso Pelayo Zaera ValladolidPor su parte, las Panteras sufrieron más de lo esperado para sumar los tres primeros puntos pero lo hicieron. De hecho no fue hasta cuando quedaban tres minutos cuando abrieron el marcador, gracias a una genialidad de Sonia Abón, que se encontró un disco suelto delante de la portera visitante, a la que batió con un bonito gesto. Hasta entonces, el conjunto vallisoletano lo había intentado por activa y pasiva, sin suerte. Como muestra sus 39 lanzamientos, por los 14 de su rival, un Angels Sagunto que, eso sí, cuando llegó lo hizo con peligro.
El 2-0 lo firmó Paula Prado, ya con las valencianas arriesgando con portera-jugadora, desde su campo.