El Gobierno alemán aprobó hace unos días una modificación de las leyes de inmigración para facilitar la incorporación al mercado laboral germano de trabajadores cualificados de países que no pertenezcan a la Unión Europea, con el objetivo de paliar la escasez de empleados en sectores como la ingeniería, la fontanería y el ferroviario.
La canciller alemana, Angela Merkel, dio luz verde a las modificaciones de la legislación, que ahora deberán ser ratificadas en la Cámara Alta y que buscan poner fin a la escasez de mano de obra cualificada facilitando el reconocimiento en Alemania de sus titulaciones.
Estos cambios en la normativa sobre extranjería entrarán en vigor el próximo mes de julio. «Con este nuevo decreto, estamos deshaciéndonos del 40% de las normas antiguas y dejamos abierta la puerta para que la mano de obra cualificada pueda ayudar al progreso de nuestro país», destacó la responsable del Ministerio de Trabajo, Ursula von del Leyen, en un comunicado.
El país germano ya había introducido el sistema de tarjeta azul, destinado a facilitar la contratación de titulados universitarios y que ha permitido potenciar la captación de enfermeras extranjeras. Alemania necesita ahora conductores de trenes, fontaneros y trabajadores de eliminación de residuos, según informó el Ministerio de Empleo.
En contraste con la mayoría de países de la Unión Europea, en los que el paro ha aumentado de manera alarmante por la crisis, la tasa de empleo en Berlín está en su nivel más alto desde la reunificación del país en 1990.
Sin embargo, la elevada edad de su población y la baja tasa de inmigración ha dado lugar a una escasez de trabajadores en ciertos sectores profesionales, en los que la libertad de movimiento de los Veintisiete no ha logrado cubrir el vacío.
Menos burocracia. De este modo, el Gobierno ha introducido medidas para reducir la burocracia y animar a las empresas a reconocer las cualificaciones extranjeras, aunque los críticos mantienen que estas disposiciones son insuficientes.
La inmigración en el país teutón está aumentando por tratarse de una de las pocas naciones que está resistiendo a la crisis de la Unión Europea. El número de extranjeros aumentó hasta las 340.000 personas en 2012, frente a los 128.000 foráneos registrados dos años antes.
Sin embargo, la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advirtió de que Alemania debe liberalizar el reclutamiento de trabajadores extranjeros para afrontar la falta de 5,4 millones de empleados vocacionales o con cualificaciones terciarias que sufrirá en 2025.
Los empresarios germanos han valorado positivamente la reforma legal impulsada por el Ejecutivo de Ángela Merkel. La patronal BDA subrayó que esta modificación «facilitará» la llegada de inmigración cualificada en sectores «no académicos» y recordó la escasez de empleados en sectores como ingeniería o electrónica. La patronal destacó el «cambio de mentalidad» del Gobierno para que los trabajadores extranjeros cualificados sean «bienvenidos».