Los trabajos para localizar los restos del héroe irlandés Sir Hugh O’Donnell en el subsuelo de la calle Constitución de Valladolid siguen “a buen ritmo”, y la primera fase de las excavaciones podría darse por concluida a mediados de la próxima semana, según explicó en declaraciones a Ical la arqueóloga Olatz Villanueva. Ella afirma que todos los indicios permiten asegurar, “casi con rotundidad”, que los dos muros que han aparecido desde que comenzaron los trabajos el pasado lunes 18 de mayo, se corresponden a los muros este y oeste de la Capilla de las Maravillas, uno de los espacios más emblemáticos del antiguo Convento de San Francisco, que fue demolido en 1836 como consecuencia de la desamortización, donde fue enterrado Cristóbal Colón y donde parece que fue enterrado un siglo más tarde el líder irlandés.
“Hugh O’Donnell es un personaje legendario, y la única referencia documental que tenemos que indica que su cuerpo se encuentra ahí es una crónica irlandesa que narra todas sus vivencias. En ella se recoge que murió en Simancas, y que en su testamento explicitó que quería ser enterrado en el Capítulo del Monasterio de San Francisco de Valladolid. Ese Capítulo fue el uso que tuvo esa capilla durante la Edad Media, y eso nos ha permitido plantear su ubicación en ese punto, aunque no hay ningún dato más”, detalla Villanueva.
La investigación que durante años han llevado a cabo por iniciativa propia Juan Carlos Urueña y Óscar Burón, permitió ubicar en el entorno ahora excavado la capilla, un espacio de ocho por ocho metros, que se conoció históricamente con numerosos apelativos (capilla de San Antonio, de la Concepción, de las Maravillas o del Comulgatorio). Tras superponer el emplazamiento que esa capilla tenía en el desaparecido convento, y superponer esos planos con los de la Valladolid actual, concluyeron el lugar aproximado de la ubicación, y al conocer el proyecto de peatonalización de la calle Constitución, trasladaron al Consistorio vallisoletano su propuesta.
Fue entonces cuando el Ayuntamiento recurrió a los arqueólogos Jesús Misiego y Olatz Villanueva, esta última como en calidad de secretaria académica del Instituto Universitario de Historia Simancas, institución con la cual el área de Cultura del Ayuntamiento tiene suscrito un acuerdo de colaboración en temas patrimoniales. Según explica Villanueva, desde el segundo o tercer día de las excavaciones la expectación se desató en los medios irlandeses y estadounidenses (hay alrededor de 33 millones de descendientes de irlandeses allí), para saber si por fin podrían aparecer los restos de uno de sus iconos más importantes.
Expectación pasional
“Yo diría que hay expectación pasional”, subraya en declaraciones a Ical el presidente Asociación Hispano-Irish, Carlos Burgos, que equipara la importancia del hallazgo a la posibilidad de que en Estados Unidos se encontraran los restos de Don Pelayo, o no desdeña las similitudes que se están lanzando entre la figura de O’Donnell y William Wallace, el héroe escocés que protagonizaba ‘Bravehearth’ con el rostro de Mel Gibson. O’Donnell encabezó la rebelión irlandesa contra el gobierno inglés, que acabaría provocando la Guerra de los Nueve Años, y es todo un icono en un país que ha mantenido el conflicto armado contra la ocupación británica hasta fechas muy recientes.
“Es un símbolo de la resistencia y de la independencia del pueblo irlandés, y el país vive en estos momentos una situación histórica muy importante, porque con la crisis actual del coronavirus y el reciente Brexit se dan circunstancias que podrían materializar el viejo anhelo de los irlandeses, aquello por lo que han estado luchando toda la vida: la unidad de la isla. En este contexto, que ahora puedan aparecer en una ciudad llamada Valladolid los restos de su líder tiene una importancia decisiva”, explica.
La Comisión Territorial de Patrimonio y el propio alcalde de Valladolid, Óscar Puente, quisieron conocer hoy de primera mano los avances en las excavaciones, donde hasta el momento se han encontrado dos cuerpos en ataúdes y otra media docena de enterramientos en fosa, si bien por el momento aún es demasiado pronto para determinar a qué época corresponden esos restos.
“La Capilla de las Maravillas era de planta más o menos cuadrada, y estaría situada en el ángulo sureste del claustro, dando a la cabecera de la iglesia. Hasta el momento hemos encontrado los muros este y oeste de esa capilla, y el muro septentrional, norte, estaría por debajo del actual edificio del Banco de Santander. Hasta ahora hemos encontrado la mitad sur de esa capilla, la que se abriría a lo que se conocía como el tránsito oscuro, un pasaje que comunicaba ese claustro, donde la capilla hacía esquina, con la sacristía y la cabecera de la iglesia”, precisa la arqueóloga.
El Ayuntamiento, que es quien está financiando las tareas de excavación, será quien atendiendo a sus propios técnicos y a Patrimonio quien decida los siguientes pasos a seguir una vez concluyan las catas. “A nivel estructural es difícil que los próximos días haya novedades, pero aún debemos completar la excavación de los enterramientos y ampliar la búsqueda hacia el este”, señala Villanueva, que concreta que cuando culmine esta primera fase de trabajo de campo es cuando se podrá empezar a realizar tareas de registro e interpretación de todo el material que se ha recuperado estos días.