El Real Valladolid quería vender a Juma Bah y que se quedara en el equipo en forma de cesión. Esa era una de las intenciones del club antes de que todo explotara la tarde del martes y se confirmara ayer con el depósito por parte del jugador en la RFEF de la cantidad de 6 millones para la resolución unilateral del contrato que unía a ambas partes hasta junio de 2027, con opción de un año más prorrogable.
El club reconoció ayer, mediante un comunicado, que había rechazado "recientemente" ofertas económicas de una cuantía superior. Se conoce una del Fenerbahçe turco (10,5 millones), aunque otros clubes, como el Inter de Milán o el Milan, también habían entrado en la puja por el central de Sierra Leona.
La intención de la directiva del Real Valladolid era vender, porque lo necesita para poder fichar, pero quedarse con él hasta el final de la temporada. Y en esas estaba.
Aunque la historia de Juma Bah viene de lejos y las desavenencias con sus representantes desde su debut en Primera.
El central llegó en verano a Valladolid cedido por el AIK Freetown. El Pucela se guardó una opción de compra, que la entidad blanquivioleta ejerció este 1 de enero (se habla de poco más de 100.000 euros).
Antes, tras su debut con los juveniles -por eso se le hizo un contrato de juvenil primeramente-, y su ascenso al Promesas, el Real Valladolid ya mostró su interés en comprar al jugador y en subirle de categoría, también contractualmente hablando, con mayor salario -así, en el caso de mantenerse como juvenil se podría ir por esos 6 millones; si tuviera contrato en el Promesas la cláusula ascendía a 12 millones; y en el caso de contrato con el primer equipo, por 30-. Como señalaba ayer el portavoz del club, Jorge Santiago, en la Ser, con el AIK Freetown no hubo problemas a la hora de negociar, pero sí con su agente, que pidió entonces llevarse el 50% de la parte de la cláusula que superase los 6 millones (es decir si se vendía por 12, él se quedaba 3). El club le dijo que no y a partir de ese momento, la relación entre el Real Valladolid y el agente desapareció.
De hecho, mientras el Real Valladolid negociaba con clubes, su agente, siempre desde la versión de las oficinas de Zorrilla, se encargaba de recordarles a los interesados que Juma, al tener contrato juvenil, podía rescindir por 6 millones. Nadie entró en el juego salvo, como apuntan desde Valladolid, el Grupo City que, tras mostrar interés en negociar, sería el que estaría detrás del depósito de esos 6 millones en la sede de la Real Federación Española de Fútbol.
Ahora, los servicios jurídicos del club estudian dónde acudir, jurisdicciones legales y deportivas oportunas, "para el ejercicio de sus derechos y defensa de sus intereses".