En una ola de indignación casi inexistente desde 2019, cientos de gazatíes -hartos de la situación que atraviesa el enclave tras dinamitarse el alto el fuego-, se han echado a las calles a lo largo de esta semana para pedir el fin del régimen de Hamás en Gaza y de los bombardeos israelíes, prendiendo la mecha de unas protestas que podrían repetirse durante los próximos días pese al miedo a represalias de la milicia chiita.
«No es algo nuevo, ya hubo manifestaciones en 2019, antes de la guerra, pero ahora la situación es más extrema y se llama a la protesta al no tener comida ni electricidad en Gaza», afirmó un joven palestino.
Este gazatí aseguró que se trata de un movimiento espontáneo, contra la influencia de Irán en la Franja, pero sobre todo contra su facción terrorista, que controla el enclave desde hace 18 años. Por ello, pidió a Israel que distinga entre los islamistas y la gente de a pie que sufre la contienda.
«Hamás es el gobierno de facto y quien controla Gaza. Queremos que se desarmen y que se vayan. Distinguid entre nosotros y ellos. Los gazatíes no se llevaron a los rehenes y la gente pide su liberación», continuó este palestino.
Los civiles salieron a las calles el pasado miércoles en una protesta que sumó a miles de participantes en Beit Lahia, (norte) y a alrededor de un centenar en Shujaiya. En otros tres puntos del enclave, pese a que habían sido convocadas otras manifestaciones, apenas hubo respuesta ciudadana por miedo a represalias.
«¡Fuera, fuera, Hamás fuera», gritaba la multitud, o «Es un movimiento terrorista». Ya en marzo de 2019, y en menor rango en el del 2023, los gazatíes protestaron contra el milicia chiita por la difícil situación económica, el desempleo, los cortes de electricidad y el bloqueo hebreo.
Otro palestino aseguró que las movilizaciones crecerán mientras la situación no mejore y aseguró que los ciudadanos son conscientes de que si no hay un acuerdo y el bloqueo judío no termina -Tel Aviv no permite desde hace casi cuatro semanas la entrada de agua, comida o medicina a Gaza-, pronto no quedará nada.
«Mientras estemos pasando hambre las manifestaciones continuarán y se harán más intensas», auguró este civil de a pie. Cabe destacar que, en ocasiones anteriores, miembros de Hamás han arrestado, interrogado y torturado a quienes ven como disidentes.
El miembro del buró político de la facción islamista, Basem Naim, aseguró en un comunicado que si bien cualquier persona tiene derecho a protestar resulta «inaceptable y reprensible explotar estas trágicas condiciones humanitarias para promover agendas políticas sospechosas o absolver de responsabilidad al agresor israelí».