Anuar, sangre blanquivioleta

Manuel Belver
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El canterano, que debutó hace diez años con el primer equipo en la Copa del Rey, encarna la lucha, garra y tesón que demanda el aficionado

Anuar celebra el 1-3 en Mendizorroza.

«El Real Valladolid se te mete en el corazón. Y uno quiere triunfar donde ha crecido». La frase es de Anuar Mohamed Tuhami. La dijo en mayo de 2016, unos días después de jugar su primer partido liguero con el Real Valladolid (en Segunda frente al Lugo). Aunque no fue su debut, que había sido en octubre de 2014, en un partido de Copa del Rey frente al Girona de la mano de Rubi, en el que entró en sustitución de Álvaro, esa frase ya dejaba entrever lo que es el ceutí y cómo vive el fútbol.

Hace poco, ese corazón y esa sangre blanquivioleta volvieron a latir con fuerza en el pecho del canterano. Anuar anotó el gol de la victoria ante el Valencia por fuerza y fe. Fuerza la que tiene en las piernas. Y fe, la de su cabeza, que creyó más que la zaga ché. Su beso al escudo y su mano al corazón quedaron en la retina de los aficionados, como sus lágrimas al acabar el choque: «Con el pitido final y toda la emoción que nos ha tocado sufrir, han aflorado los sentimientos».

Anuar encarna los valores que piden los aficionados: lucha, garra y tesón. Algunos que avanzó que iba a pedir Diego Cocca a su nuevo equipo y que aseguró que había visto ante el Valencia.

Todos los lleva a fuego 'tatuados' un Anuar que llegó a Valladolid con 13 años. Era la Semana Santa de 2008 cuando vino a hacer una prueba como delantero. «Enseguida nos gustó», recuerda Javi Torres Gómez. Aunque vino con ese rol de goleador, pronto se integró en el centro del campo, subiendo peldaño a peldaño hasta esos debuts. Su estreno en Primera fue el 17 de agosto de 2018, otra vez contra el Girona; marcando su primer gol en la elite el 10 de marzo de 2019, ante todo un Real Madrid.
A pesar de tener que irse cedido en dos ocasiones, en enero de 2020 al Panathinaikos griego y en septiembre de 2020 al Apoel Nicosia chipriota, su idea seguía siendo la misma: triunfar como blanquivioleta.

Desde 2021 se ha asentado en el primer equipo. Y eso que las lesiones no le han dado tregua, sobre todo el año en blanco en la 22-23 por una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. Esta temporada arrancó al trantrán tras ser operado de una hernia inguinal. Pero, como ha venido pasando con todos los entrenadores, sobre todo desde Luis César Sampedro, siempre acaba jugando. En Primera acumula 41 partidos, con 4 goles; en Segunda 82, con 6 dianas;y en la Copa del Rey16, con otros dos tantos. Este curso sus dos goles han dado seis puntos. ¡Qué siga corriendo esa sangre!