Arranca la vendimia con temor a recoger un 25% menos

David Aso
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La sequía de años pasados, las heladas de abril y el pedrisco en verano, en contraste con buenos registros de lluvias desde el invierno, llevan a prever una cosecha corta en cantidad aunque excepcional en calidad · La escasez de temporeros crece

La vendimia de Valladolid empezó el 23 de agosto por la zona de la DO Rueda. En la imagen, viñedo de Emina. - Foto: Jonathan Tajes

Valladolid apunta a tener una vendimia sobrada en calidad, sin la maduración acelerada de años anteriores, pero especialmente corta en cantidad, con una merma que podría rondar o superar el 25%. El porcentaje no sólo es estimativo, sino que aún podría variar al alza o a la baja según cómo se comporte la meteorología durante las próximas semanas, pero pesa la sequía de los últimos años, que ha provocado que viñedos que nunca fallaron se hayan quedado sin ofrecer nada para esta campaña, a pesar de que tanto el invierno pasado como la primavera han sido generosos en precipitaciones; y se acusan especialmente las heladas del 23 y 24 de abril, que llegaron a causar daños hasta en el 70% de la superficie en algunas zonas donde los termómetros cayeron incluso a 7 bajo cero, aparte de varios episodios de pedrisco durante este verano.

En Ribera del Duero y Cigales la disminución puede ser importante, incluso hasta rondar el 40% con respecto al año pasado, según coinciden en advertir tanto el presidente provincial de Asaja, Juan Ramón Alonso, como su homólogo de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Valentín García. En Rueda creen que no caerá tanto, pero también se quedará claramente por debajo de una cosecha normal.

«La campaña se presenta corta sin que pudiera parecerlo en principio porque el año ha salido lluvioso, pero sí que es verdad que aquellas heladas de abril se notan», corrobora el presidente de la Asociación de Industriales y Comerciantes de Vino de Valladolid, además de director general de Protos, Carlos Villar. «Es lo que tiene trabajar en una zona extrema como ésta» en lo que al clima se refiere, si bien todavía confía en que la reducción media de la cosecha no pase del 25% en el peor de los casos.

Imagen de archivo de la vendimia del año pasado en un viñedo de Baden Numen (Ribera del Duero).Imagen de archivo de la vendimia del año pasado en un viñedo de Baden Numen (Ribera del Duero). - Foto: Jonathan Tajes

Rueda, como siempre, ha sido la primera Denominación de Origen de la provincia en iniciar la vendimia, el pasado 23 de agosto, con la recogida de las variedades sauvignon blanc y chardonnay, y entonces la asociación de viticultores de esta zona ya vaticinaba casi un 15% menos de cosecha que el año pasado. No obstante, el director general de la DO, Santiago Mora, valora que las lluvias de las últimas semanas ayudarán a engordar el fruto, de ahí que, con idea de esperar a que se traslade el agua a la uva, se haya ralentizado una campaña que continuará «hasta finales de septiembre o principios de octubre». «Las sensaciones son positivas, pero aún es pronto para hablar de producción», considera.

En la DO Cigales, mientras, cuentan con empezar a recoger a mediados de la próxima semana, aunque una bodega de Cubillas de Santa Marta ya inició los trabajos a finales de esta misma semana. La directora técnica del Consejo Regulador, Águeda del Val, cree que la producción puede ser «entre un 30 y un 35% inferior a la del año pasado». «Venimos de unos años de sequía en los que la planta ha sufrido mucho a pesar de haber dado más de lo que se esperaba de ella tanto en 2021 como en 2022 y en 2023; pero este año, con una reserva hídrica grande y sin enfermedades, se está notando ese estrés acumulado», explica.

Hacia finales de mes comenzará la recogida en la Ribera del Duero, con previsión de no terminar hasta mediados de octubre, pasado el Pilar. «Ha sido una añada buena, sanitariamente excepcional y generosa en precipitaciones, aunque las zonas que se han visto afectadas por las heladas de primavera y el pedrisco del verano recogerán menos», admite Alberto Tobes, responsable del servicio de Viticultura y Enología en la DO Ribera del Duero. Aunque declina entrar en porcentajes de reducción: «El año pasado, por ejemplo, las lluvias que cayeron en torno al 10 de septiembre permitieron que se registrara entre un 5 y un 10% más de cosecha», y aparte, reconoce que no es costumbre de su Consejo Regulador anticipar estimaciones para no condicionar unos precios que, por cierto, los viticultores ya cuentan con que suban: «De 0,40-0,45 euros por kilo en Rueda el año pasado a 0,55-0,65 en éste; o de 1,10-1,30 a 1,40-1,50 en Ribera», pronostican desde Asaja, aunque está por verse. Cuestión de oferta y demanda, igual que sucede con los temporeros...

La escasez de mano de obra, un problema creciente que se cronifica

Los costes de la mano de obra también suben, según Carlos Villar, por la necesidad de las bodegas de asegurarse el personal que necesitan, cada año más escaso. «Ahora se está pagando entre 15 y 16 euros por temporero y hora a las empresas de servicios, como un 50% más que hace cuatro o cinco años», aunque luego el temporero cobra a partir de algo menos de nueve euros (pluses aparte como el de transporte, donde los hay).

Raro es el pueblo vinícola de la provincia donde no haya al menos un contacto, normalmente un extranjero que se da de alta como autónomo, para mover una o varias cuadrillas, aunque también destaca una empresa de trabajo temporal de referencia en diversos sectores como Randstad. Según señala su directora de zona en Castilla y León, Nuria Sánchez, este año asumen la gestión de unos 400 puestos en Valladolid para trabajar como vendimiadores, cajeros (para colocar las uvas), tractoristas, personal en bodega para mesa de selección, carretilleros, operadores de puente grúa, operarios de bodega… Y de momento, «prácticamente todos» los candidatos que han podido incorporar son extranjeros, sin que dejen estos de menguar también.

El secretario general de la Federación de Industria de CCOO Castilla y León, Gonzalo Díez, por su parte, calcula que el año pasado la vendimia pudo generar unos 1.500 empleos en esta provincia, aunque matiza que el dato es muy estimativo, entre otras dificultades de recuento, por cuadrillas que repiten en varias bodegas. «Lo que pedimos a las bodegas es que trabajen con temporeros con contrato, que eviten intermediarios o mafias extranjeras, que se proporcione alojamiento o se cubran gastos de transporte...».

Entretanto, la vendimia mecanizada sigue creciendo como alternativa y ya está en torno al 95% en Rueda, 65-70% en Cigales o 30-35% en la parte vallisoletana de la Ribera del Duero; aunque la merma de producción, por lo menos, contendrá en parte la escasez creciente de candidatos para la recogida manual.

 

EN BREVE

Producción: Un año generoso en lluvias, pero traicionero
Rueda cuenta con 37 estaciones meteorológicas repartidas por la DO, tal y como recuerda su director técnico, Santiago Mora, y mientras la media anual está en 300-350 litros por metro cuadrado, resulta que este año se han recogido «casi 400 donde menos y hasta 540 donde más». Sin embargo, otra cuestión son los daños que han dejado en algunas zonas las heladas de primavera o el pedrisco en verano; y el estrés de la planta por los años de sequía acumulados, como apunta la directora técnica de la DOCigales.

Precios: Uva más cara por la reducción de la oferta
El presidente de Asaja Valladolid, Juan Ramón Alonso, calcula que la reducción de la oferta puede llevar a que se pague hasta un 40% más por la uva de este año. «Pero los precios no están fijados de antemano y muchas veces quedan a merced de las bodegas, a pesar de que deberían fijarse unos mínimos para asegurar que nadie trabaja por debajo de costes», lamenta el presidente de UCCL Valladolid, Valentín García, que insta a los consejos reguladores a «extremar la vigilancia para que no haya fraude y no entre uva de otros sitios». 

Mano de obra: Cada año menos personal y casi todos extranjeros
La empresa de trabajo temporal Randstad gestiona este año unos 400 empleos de vendimia para diversos puestos en Valladolid, la mayoría sin requisitos de experiencia previa ni límites de edad, «sólo disponibilidad», precisa su directora de zona, Nuria Sánchez. Pero el problema es precisamente ese, la falta de personal dispuesto, «cada año menos», y «prácticamente ningún español» entre sus candidatos. Para el secretario general de Industria de CCOO CyL, Gonzalo Díez, pesan también las condiciones que ofrecen las bodegas. «El ejemplo a seguir está en la vendimia francesa, a la que sí van españoles», advierte.