Los ladrones aparcan el mazo

Lluís Lozano (EFE)
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Los robos en domicilios aumentan en verano con nuevos métodos que navegan entre la sutileza, la picaresca y lo aprendido en internet

Los ladrones aparcan el mazo

Lejos quedaron los tiempos en que los ladrones de casas reventaban puertas y ventanas a golpe de mazo. Cerraduras destrozadas o pequeños butrones eran los resultados de la metodología empleada por estos individuos, que atemorizaban a muchos vecinos, sobre todo durante el verano. Ahora lo siguen haciendo, pero han cambiado su modus operandi. Les basta marcar la vivienda con una moneda o levantar el felpudo para después tirar de maña, manipular el cierre y entrar.

Estos saqueadores actúan en el período estival porque muchos españoles se van de vacaciones y dejan sus casas vacías. Los que no, pasan más tiempo en la piscina, visitando a familiares o tomando un refresco en una terraza. Para los amigos de lo ajeno, eso significa más objetivos disponibles y más tiempo para actuar.

Lo primero es comprobar que una casa está deshabitada. Para eso, la gama de métodos es tan amplia «como la imaginación humana», explica el inspector jefe del Grupo XI de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional de Madrid. «Desde llamar al telefonillo a acercar la oreja a la puerta, o marcar las viviendas, para lo que hay varios métodos y todos encaminados al mismo objetivo», apunta.

Aquí empiezan a encontrar novedades que van más allá del los papeles o los hilillos de silicona entre el marco y la puerta: ahora los colocan en el ojo de la cerradura, casi imperceptibles, pero también han comenzado a dejar monedas en el suelo. «Nos lo consultaron varias personas y pensamos que no tenía nada que ver, más que nada porque no parece un método fiable: si alguien pasa y la ve, la puede coger. Pero ya lo hemos detectado en seis o siete inmuebles y puede que sea una técnica nueva», subraya.

Otra fórmula, tal vez más efectiva, es la de dejar los felpudos levantados. En muchas ocasiones es algo que hace el personal de limpieza para poder barrer y fregar con más facilidad, por lo que no levantan sospechas entre los vecinos. Si pasan unos días y la marca sigue en el lugar, los ladrones saben que el objetivo es bueno y pasan a lo que el inspector jefe llama «técnicas de habilidad», con las que no necesitan siquiera forzar la cerradura.

Está el clásico resbalón -pasar una tarjeta por el marco-, pero también muchos otros métodos con «llaves falsas», que se pueden aprender «viendo vídeos en internet» y que se utilizan ya en buena parte de los robos. En Madrid, señala el policía, se lo encuentran en el 90 por ciento de los casos. Las novedades de estos criminales pasan por fórmulas como el bumping, o lo que se conoce como golpear el cierre con una llave maestra hasta que salten los pistones de la puerta y se abra, o el impresioning, ahora preponderante y que consiste en introducir una lámina de metal en la cerradura para conseguir un molde y así copiar la original. «Antes tenían que comprarse un martillo y hoy se compran un juego de llaves falsas, no es muy difícil acceder a ellos. Eso ha despuntado de tal manera que lo raro es encontrarte una puerta o una ventana rota, aunque sigue habiendo», apunta.

La profusión de estos delitos en las ciudades contrasta con la situación que, en general, se vive en los pueblos españoles y las zonas rurales, demarcación de la Guardia Civil. Es habitual que la gente regrese a sus pueblos durante las vacaciones veraniegas, y las casas que en otras épocas del año están deshabitadas se llenan de vida, lo que hace mucho menos habituales los hurtos.

Pese a estas diferencias, los robos con fuerza en domicilios son uno de los delitos que van a la baja. Según datos del Ministerio del Interior, al cierre de 2023 sumaron 84.446, un 2,4 por ciento menos que el año anterior, una tendencia que se ha mantenido a lo largo del primer trimestre de 2024. Durante este período se registraron 20.872 casos en viviendas, un 3,4 por ciento menos que en el mismo lapso del ejercicio pasado.

De acuerdo con las últimas cifras, las comunidades autónomas a la cabeza son Castilla-La Mancha (13,9 por ciento) y Aragón, mientras que a la cola se encuentran Canarias (-20,4 por ciento), País Vasco y Asturias.

Consejos 'antihurtos'

Para prevenir este tipo de delitos hay consejos para todos los gustos y bolsillos, que van desde las alarmas, cámaras y cerraduras más sofisticadas hasta la tradicional luz encendida para que parezca que la casa está habitada. 

Sin embargo, hay otros más sencillos, como pedir a un vecino de confianza que esté atento a cualquier movimiento sospechoso durante nuestra ausencia, y alguno que sirve para todo el año: echar la llave antes de salir. No son ni una ni dos las veces que este inspector jefe se ha topado con casos de gente que ha sido robada mientras bajaba a pasear al perro o a hacer una compra rápida sin cerrar la puerta.

El correcto cierre de ventanas también es algo clave. Aunque parezca obvio, muchas veces se deja alguna abierta, lo que facilita el acceso a los intrusos. Del mismo modo, no es recomendable dejar objetos de valor a la vista. Los ladrones suelen buscar piezas fáciles de llevar, como joyas, dinero, ordenadores o móviles, por lo que se deben guardar en lugares seguros, como cajas fuertes o armarios con llave.