Los médicos de familia vigilan a 5.000 posibles infectados

A. G. Mozo
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Tres de cada cuatro pacientes con síntomas Covid-19 no han pasado aún ninguna prueba. La llegada de dos tipos de test rápidos permite a Sanidad ampliar ya los estudios y «acercarse a la realidad» de la pandemia

Realización del test Covid-19 desde el coche en el hospital Río Hortega - Foto: Leticia Pérez / ICAL

La distribución de dos tipos de test rápidos para estudiar la incidencia del coronavirus, uno de sangre y otro nasofaríngeo, permitirá a los responsables sanitarios «acercarse a la realidad» de esta pandemia en los próximos días y poder diseñar el llamado ‘desescalaje’, esa fase de transición para el regreso a la normalidad. Sanidad calcula que en Valladolid podría haber el triple de contagiados de los que desvelan los positivos, ya que se cree que la cifra total está mucho más cerca de los casi siete mil que aparecen en el sistema Medora de Sacyl que de los cerca de dos mil que cuentan ya con el cartel de positivo. De este modo, se estima que a tres de cada cuatro pacientes con una sintomatología Covid-19 no se les habría hecho ninguna prueba.

Son los más de 5.000 que se encuentran bajo el seguimiento de los médicos de familia y, en muchos casos, con orden de aislamiento domiciliario y con un control por parte de los equipos de Atención Primaria para evaluar si van mejorando o, en su defecto, si necesitan acudir a un hospital para someterse a pruebas complementarias, generalmente, la radiografía de tórax en busca de la temida neumonía y el exudado nasofaríngeo para la realización de la prueba molecular, esa PCR que va al laboratorio y que, a las cuatro horas, dice si tiene o no el Covid-19 en su organismo.

Estas pruebas son las únicas que se venían desarrollando hasta el momento, pero se iban haciendo al ritmo que permitía la capacidad de los laboratorios de Microbiología. Al principio, el del Hospital Clínico era el encargado de desarrollar los análisis de todas las provincias de Castilla y León, y después se fue derivando a cada vez más centros, ante el aumento de casos. Ahora, el más activo es el Río Hortega, tras ser seleccionado por el Ministerio de Sanidad dentro de un grupo de siete laboratorios de todo el país al que se envían unos kit rápidos (de la empresa Roche) que después se introducen en un robot que tiene Microbiología del HURH y que permite hacer hasta 1.400 pruebas diarias.

MÁS TEST, MÁS CASOS

En este marco, desde la propia Consejería de Sanidad se asume que llegarán repuntes de las estadísticas, como los 160 casos que se contabilizaron este jueves o los 157 del pasado martes en Valladolid, tras días de caída de los nuevos casos: «Estamos haciendo muchos más test. A medida que hagamos más test las cifras se irán acercando a los casos registrados en Medora», reconocía la consejera Verónica Casado, esa «realidad» que se ha ido construyendo en los sistemas de Atención Primaria de Sacyl, en donde «se tienen en cuenta casos leves y moderados, los de aquellos que se encuentran en aislamiento en sus domicilios...» y que, según explicó, «se registran por sospecha clínica», sin más pruebas.

Este sistema también lleva días anunciando una ralentización de los casos, un elemento al que se une el incremento de las altas que lleva ya un par de días superando al de nuevos ingresos tanto en el Clínico como en el Río Hortega, aunque para la consejera ninguno de esos indicativos pueda llevar a un relajamiento del confinamiento: «Es verdad que los nuevos positivos disminuyen, pero sigue habiendo casos. No nos podemos relajar». En las cifras de Medora la evolución es evidente, puesto que en la primera semana del estado de alarma, los casos registrados por los médicos de familia se multiplicaron por seis (de 354 a 2.376), en la segunda se duplicaron (llegaron hasta 4.889), en la tercera crecieron solo un 31% (6.424 el pasado lunes) y en esta cuarta lo está haciendo a un ritmo más moderado. «A medida que hagamos más test conoceremos mejor la realidad y probablemente esos datos irán convergiendo con los de Medora», enfatiza Casado.

CON CITA PREVIA

La consejera se refiere a los dos tipos de test que se han enviado desde el Ministerio, pero fundamentalmente a los del exudado nasofaríngeo que se llevan a cabo desde esta semana a través del área ‘Covid-Car’ montado en el aparcamiento del Río Hortega y por donde irán pasando muchos de esos cinco mil posibles infectados a los que no se ha hecho pruebas a lo largo de la pandemia. Todos, con cita previa, tras ser llamados por los servicios de Atención Primaria. Unos test que derivan en la misma prueba PCR que se ha venido haciendo en los laboratorios de modo manual y que dice, sin sesgo, si hay o no coronavirus, aunque ahora, eso sí, con la ayuda del robot, lo que lo automatiza y posibilita llegar a esas 1.400 diarias en el Río Hortega; en el Clínico, por su parte, continúan haciendo sus PCR del modo tradicional.

Otra cosa son los kit de punción de sangre. De los más de 60.000 que ha remitido el Ministerio a Castilla y León, 13.728 son para Valladolid y su uso se ha priorizado para las residencias de ancianos y el ámbito sanitario. Estos test llevan unos reactivos que desvelan, en quince minutos, si la persona tiene o ha tenido el Covid-19 en su sangre; si da positivo, no hay dudas de que esa persona es portadora del virus, pero si da negativo, no se descarta nada y sigue siendo necesaria la prueba PCR.

«Estos kit son los test masivos a los que se refería el Ministerio de Sanidad y que sirven para conocer la seroprevalencia del virus. Nos va a permitir saber la situación en las residencias, por ejemplo», explicó la consejera, que insistió en que «se utilizarán en personas que están o han estado enfermas o en contacto con contagiados».