Puede que septiembre sea uno de los meses en los que el mercado del alquiler se anima más. Un movimiento que empieza a producirse en agosto, con la búsqueda por parte de los estudiantes de un techo bajo que el pasar el próximo curso. Lo cierto es que este aumento de la demanda es puntual y no tiene apenas influencia en el precio. Es más, lejos de subir, el mercado de alquiler en Valladolid no ha dejado de bajar su precio en los últimos meses puesto que hay muchas más casas vacías que inquilinos dispuestos a ocuparlas.

Según el vicepresidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Valladolid, José Antonio Concejo, el precio medio actual se sitúa entre 400 y 450 euros, aunque se pueden encontrar viviendas en barrios como La Rondilla o Las Delicias por unos 300.

Por otro lado, este profesional del sector inmobiliario apunta que los propietarios se han vuelto mucho más selectivos a la hora de elegir alguien que ocupe su casa. Por ejemplo, son reticentes a admitir a estudiantes porque prefieren a personas que entren con intención de quedarse más de lo que dura un curso escolar. «Buscan principalmente inquilinos que sean solventes porque tienen miedo tras la desaparición de programas estatales que intentaban garantizar el cobro», apunta.

Ni siquiera la ley de fomento del alquiler aprobada en el pasado mes de junio les da tranquilidad. Esta nueva norma contempla medidas para agilizar el desahucio en caso de impago. Pero hay un problema. «Es cierto que la Ley lo intenta, pero los juzgados no van al mismo ritmo, por lo que es imposible que se cumplan», denuncia Concejo.

Esta bajada de precio, según las inmobiliarias consultadas por este periódico, se sitúa entre los cien y los 150 euros. Así lo asegura Fina Montaño desde la inmobiliaria Don Sancho. «Hace dos años alquilamos una vivienda por 600 euros en la calle Estudios y ahora lo hemos vuelto a hacer por 500». Es la tónica general. Además, en los meses de agosto y septiembre se ha producido un repunte en la demanda de viviendas en alquiler.

El 80 por ciento de las llamadas que reciben en Don Sancho son para interesarse por un alquiler. De hecho, para muchos negocios es su única fuente de ingresos. Es el caso de la inmobiliaria Afin, ubicada en la calle María de Molina, que también confirma este descenso. «Los 600 euros de hace un par de año en Covaresa se han convertido en 450», dice Soraya Alonso. Según ella, el precio ha bajado bastante en zonas menos demandadas como Pajarillos o las «peores» zonas de La Rondilla. Pero es que también lo ha hecho en los barrios nuevos al aumentar la oferta de pisos acabados hace tres o cuatro años. «El precio más barato por el que ha alquilado un cliente este año es 300 euros y el más caro, 600, por un chalé en Arroyo», agrega Alonso.

En la inmobiliaria Di Campo también confirman que los precios «llevan tiempo bajando» y desde Ker 2000 precisan que ese descenso «está entre cien y 150 euros» en el último año y medio. «Ahora lo más demandado es la capital, sobre todo porque es posible encontrar un piso de dos habitaciones por 500 euros, por ejemplo, en la zona de Claudio Moyano, eso sí, sin amueblar», explica Sonia López.
La bajada de precios en la capital también ha hecho que descienda la demanda de vivienda en el alfoz, tan en auge hace apenas dos años, excepto en Arroyo.

La apertura del centro comercial Río Shopping ha servido para que el mercado de alquiler de la zona siga muy dinámico. Así lo confirma Concejo. «La apertura del centro comercial ha influido, pero ahora la gente quiere pisos en el centro». Sonia López, de la inmobiliaria Ker 2000, señala que la zona de Arroyo de la Encomienda «funciona muy bien». Lo mismo dice Soraya Alonso, de la inmobiliaria Afin. «Todo el alfoz ha bajado mucho, pero Arroyo sigue subiendo con Río Shopping».

Según esta trabajadora, en esa zona se pueden alquilas pisos de una habitación por unos 400 euros, un importe que sube hasta los 450 si la vivienda tiene dos habitaciones.

Otros datos

• Nueva ley del alquiler. Alguna de las novedades de la ley del alquiler aprobada en junio es que reduce de tres a un año la prórroga automática de los contratos si ninguna de las partes comunica lo contrario con una antelación mínima de 30 días. Además, el dueño podrá disponer de la casa si la necesita para él o para su familia siempre que avisa con dos meses de antelación. También incluye alguna ventaja para los inquilinos, como la posibilidad de irse de la vivienda sin pagar indemnización si avisa con un mes de antelación y siempre que lleve al menos medio año viviendo allí.

• Más selectivos. Con la crisis económica la solvencia de los interesados en vivir de alquiler ha caído a mínimos históricos. En base a los sistemas de medición que manejan los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, apenas un 40 por ciento de los interesados en entrar en una vivienda tiene un nivel aceptable.

• Escaso alquiler por habitaciones. Por otro lado, los bajos precios de Valladolid, si se les compara con ciudades como Madrid, donde se paga una media que ronda los 650 y 700 euros, hacen que los alquileres de habitaciones, tan habituales entre los estudiantes en las grandes ciudades, no representen ni un diez por ciento del mercado en Valladolid. Con todo, Concejo espera que los precios dejen de bajar y que se incremente la demanda. «Escuchar siempre noticias negativas afecta para mal porque la gente se queda quieta», opina.

• Certificado de eficiencia. Desde el pasado 1 de junio los pisos en venta o alquiler deben tener un certificado de eficiencia energética. Los propietarios que incumplan esta normativa se enfrentan a multas de hasta 6.000 euros.