"El cierre de Nanta en Tudela estaba decidido antes del ERE"

David Aso
-

"La única guerra que podíamos dar era para intentar sacar la mayor indemnización posible", afirma uno de los trabajadores que serán despedidos

Fábrica de piensos de Nanta en Tudela de Duero, en una imagen tomada el pasado miércoles.

«Si quieres declaraciones puedes entrar y preguntar a una compañera que te dará un correo para que preguntes lo que quieras», responde un trabajador mientras sale de la fábrica. ¿No les dejan hablar? «No», responde. Lo corrobora la «compañera» que amablemente facilita al periodista un email «de alguien» de la empresa al que este miércoles escribía (en vano) El Día de Valladolid.

Otro trabajador acepta hablar de manera anónima. «Cuando nos dijeron el 20 de mayo que presentaban el ERE ya tenían decidido el cierre y hasta se lo habían comunicado a sus clientes», lamenta. «Así que la única guerra que podíamos dar era por intentar sacar la mayor indemnización posible», añade. De ahí también que la amenaza de movilizaciones se redujera a la colocación de pancartas, una concentración de protesta, una moción del Ayuntamiento, una declaración institucional de la Diputación en favor de la continuidad de la fábrica... En todo el pueblo predomina la resignación: «En otra época habría sido diferente, pero ahora las empresas hacen lo que quieren, aquí y en cualquier parte», justifica un vecino en un bar, apoyado por otros dos. «Y si los trabajadores no dan la cara no la íbamos a dar los demás», añade la camarera, que por motivos obvios también no hacer pública su identidad.

«No hemos peleado nada», admite el trabajador que habla con este periódico. «Nos dijeron que en las fábricas de Segovia y Zamora tienen más opciones de ampliar instalaciones si lo necesitaban, pero es que aquí hace tiempo que dejaron de invertir», continúa. «También veíamos que producían al 100% y tenían beneficios, que además no nos habrían dado indemnizaciones de 30 y 40 días por año trabajado si no fuera así; pero a la vez veíamos que, después de que cerraran la fábrica de Reus (Tarragona), la siguiente podía ser ésta». Tres empleados han aceptado recolocarse en la de Tabanera la Lengua (Segovia); uno en Madrid, pero con salida pactada fuera del ERE; a otro le venció el contrato recientemente; y 23 son los despedidos con las indemnizaciones fijadas, incluido el que habla: «En Tudela no queda nada donde recolocarse, habrá que buscar por ahí y empezar la vida de nuevo», concluye.