Un año de contrastes en el Real Valladolid

M.B.
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El Pucela cierra 2024 colista tras su regreso en mayo a la máxima categoría. El año ha tenido un ascenso, un cambio de entrenador, varias novedades en la infraestructura del club y un reconocimiento público del cercano adiós de Ronaldo

A la izquierda, imagen del palco del José Zorrilla el día del regreso a Primera División; a la derecha, de uno de los últimos partidos del Real Valladolid en casa, con protestas contra Ronaldo. - Foto: Ical Efe

Un año de contrastes. Así se puede resumir a vuelapluma este 2024 para el Real Valladolid. El club ha vivido de todo, principalmente la alegría de un ascenso y las tristezas de las derrotas, acentuadas con el broche final de ubicarse en el puesto de colista de la máxima categoría. También ha habido un cambio de entrenador, algunos más en la infraestructura de la entidad y un anuncio, ya sin sorpresa, de que el adiós de Ronaldo está cerca. De la ampliación de la Ciudad Deportiva o de la reforma del estadio, nada. Muchas promesas pero nada real en todo el año.

El Pucela regresó a Primera a finales de mayo, con todo lo que ello conlleva de alegría, celebraciones y sueños de futuro. Pero su fama de equipo ascensor le precedía y la primera parte de la temporada en la elite no ha sido un camino de rosas, culminada con esa última derrota en Girona y con las navidades viéndose en la última posición de la clasificación. Es verdad que hay tiempo de revertirlo, pero eso será ya en 2025.

Porque en 2024, la primera parte del año se vivió en Segunda. Ahí, a pesar de una falta de comunión real con la afición, el Real Valladolid superó todas las expectativas, con 10 victorias, 7 empates y tan solo 4 derrotas de enero a mayo para lograr ascender, para muchos contra todo pronóstico, una jornada antes de finalizar la Liga, en un José Zorrilla hasta la bandera, con un gol en el minuto 97... y de penalti.

El verano trajo la continuidad del cuerpo técnico que dirigía Paulo Pezzolano; el récord de abonados en el club, con 24.000 (gracias a  2.759 nuevos) y lista de espera por primera vez en su historia. Además de una puesta a punto de la fachada del estadio y la recuperación del escudo votado por los aficionados.

Pero en lo deportivo, el Pucela de Pezzolano no llegó nunca a carburar. El uruguayo, esta vez con la afición de su lado, aguantó 15 jornadas al frente de la nave. Con pocas caras nuevas: los cedidos Hein, Cömert, Cenk y Mario Martín, más la incorporación de Latasa y los que estaban fuera a préstamo (Machis, Kike Pérez y Amallah), el club hizo más esfuerzos en compras obligatorias (Moro, Biuk, Meseguer, Amath, Juric y Ferreira) y en dar salidas (Boyomo o Monchu) que en refuerzos. El fair play financiero manda, dicen los expertos sobre el tema. 

La plantilla, pese a la calificación de larga de su director deportivo, se ha quedado corta, sobre todo en los laterales. Y ya han debutado en Primera Chuki, Chasco, Maroto,Arnu y sobre todo Juma, recién llegado desde Sierra Leona. 26 han sido los jugadores usados en la Liga más otros dos en la Copa en este tramo de la temporada 24/25.

Los resultados (2 victorias y 3 empates por 10 derrotas) le costaron el puesto a Pezzolano y, aunque se tardó, dos semanas más tarde llegó Diego Cocca, con una interinidad de Álvaro Rubio saldada con un triunfo, una derrota y el pase en la Copa del Rey. 

Cocca será el encargado de dirigir a los blanquivioleta en 2025, aunque de momento ya ha sumado una derrota.

El año se cierra con un global de 15 victorias, 10 empates y 16 derrotas entre Segunda, Primera y Copa del Rey.

Más allá de los números (3 entrenadores o 38 goles a favor en todo el año, en la Liga, por 47 en contra) están las sensaciones. Y estas nunca han sido positivas.

Luego está el tema institucional. 

Ronaldo Nazário lleva tiempo desenganchado del club y pese a que sus negocios van más allá de lo que es el Real Valladolid, la venta del Cruzeiro en abril de este año abrió las puertas de su salida de par en par. «El Valladolid será el próximo», llegó a decir en la rueda de prensa de despedida de la entidad brasileña.

El ascenso ratificó esas percepciones cuando el astro aseguró que tenía «tres ofertas encima de la mesa» para comprar el club y que se iba a dar un tiempo para reflexionar. Fue pasando y la venta no llegó.

Por el camino, el Real Valladolid vivió una pequeña reestructuración, con la 'salida' de David Espinar como portavoz, relevado por un hombre de la casa, Jorge Santiago. En febrero había vuelto  Bruno Mazziotti en calidad de gerente global de fútbol del grupo. Con todo, el club debió afrontar una ampliación de capital por un desfase en pasados años y fue Ronaldo el que aportó la máxima cantidad (casi 5 millones) al tener el 82,7 por ciento del accionariado.

Mientras se deshoja la margarita sobre la venta, la entidad no ha conseguido desbloquear la ampliación de la Ciudad Deportiva, un proyecto que nació como estrella con la llegada de Ronaldo y, por el momento, solo se ha visto plasmado con un campo de entrenamiento y la construcción de otro para categorías menores. De la idea del mini estadio y algunos campos más en el parking de la grada norte, nada de nada. Y menos de la reforma del estadio, prometida en su día por el equipo de Gobierno.