Tiene 50 años y lleva 18 como jefa provincial de la Dirección General de Tráfico (DGT). Entre 2006 y 2014, en Ávila, y desde entonces, en Valladolid, donde también ejerce el papel de coordinadora de Castilla y León. Inmaculada Matías es consciente de que todavía hay mucho que avanzar en ámbitos como la educación vial y la reducción de la siniestralidad, pero también reivindica y valora lo hecho en los últimos años.
La llegada del mes de julio marca el inicio de una de las épocas más complicadas para la gestión de las carreteras: la operación salida de verano. ¿Cómo se presenta este año en Valladolid?
Este viernes ha comenzado la operación salida y desde la DGT hemos establecido un dispositivo para julio y agosto que tiene dos objetivos. Por un lado, reforzar las actuaciones para mejorar la seguridad vial y, por otro, facilitar la movilidad. Ahora los movimientos de verano no se hacen al principio de cada mes, sino que se producen de forma escalonada, así que hemos diseñado operaciones especiales al principio de julio y agosto, el 15 de agosto y la de retorno, así como distintas medidas todos los fines de semana. Por ejemplo, instalación de carriles reversibles y adicionales, suspensión de obras en los días más conflictivos o restricción de la circulación a determinados vehículos.
Pese a todas estas medidas, que se toman todos los años, la siniestralidad continúa con su tendencia al alza. ¿Por qué es tan difícil atajarla?
Desde que la DGT se creó en 1959 tiene como principal objetivo reducir los siniestros mortales. Es un trabajo de todos y es cierto que se siguen produciendo determinados comportamientos inadecuados, pese a que la siniestralidad ha bajado mucho respecto a hace años. En lo que llevamos de año han fallecido 58 personas en Castilla y León. Hemos hecho un buen trabajo, yo creo que los ciudadanos están más concienciados, pero debemos seguir haciéndolo porque la primera causa de siniestros mortales son las distracciones, sobre todo por el teléfono móvil. Es un trabajo de todos.
¿Está normalizado utilizar el móvil al volante?
Se sigue haciendo, y por eso las campañas de concienciación, con acciones que van dirigidas a población que va desde los más pequeños a los mayores. Y ahí se trabaja en factores que son los que desencadenan los siniestros más graves: la distracción, la velocidad inadecuada y el alcohol y las drogas. Estamos trabajando para reducir esa siniestralidad, primero con concienciación y educación y, por último, con los procedimientos sancionadores. Con la última Ley de Tráfico, el uso del móvil ha pasado a suponer una pérdida de seis puntos, frente a los tres de antes, pero la sanción económica se ha mantenido.
¿Funciona más la educación y sensibilización o la mano dura?
Yo creo que, a largo plazo, funciona más la educación vial que la mano dura. Ahora estamos educando a niños que en un futuro muy próximo van a ser conductores de bicicletas, de una moto y de un turismo. Es un trabajo de largo recorrido, aunque las sanciones tienen que estar.
El mes pasado, en la presentación de un plan de choque para reducir la siniestralidad, se anunció la instalación de ocho nuevos radares en la Comunidad. ¿Se han colocado ya? ¿Cuántos se pondrán en Valladolid y dónde?
Es una medida dentro de ese plan de choque. Se van a poner en toda España y en Castilla y León nos corresponden ocho, pero todavía no tenemos la ubicación. Lo que sí que sabemos es que será mayoritariamente en carreteras convencionales, en los puntos donde haya más siniestralidad por exceso de velocidad. Hay que recordar que, a mayor velocidad, mayor lesividad en los accidentes.
Aunque hay mucha gente que sigue viendo los radares como un instrumento con afán recaudatorio...
Para nada. El afán recaudatorio no existe. Trabajamos por y para la seguridad vial. En las últimas modificaciones de sanciones por utilizar el móvil o no ponerse el cinturón, se ha incrementado la retirada de puntos, pero no se ha tocado la sanción económica.
El cinturón de seguridad, otro caballo de batalla...
En la estrategia de seguridad vial 2030 tenemos nueve áreas estratégicas, y una de ellas es tolerancia cero antes los comportamientos de riesgo. Uno de ellos es el no uso del cinturón de seguridad. Llevamos muchos años con esta obligación; pues bien, todavía hay fallecidos que no lo llevan. Hay estudios que dicen que, de cada dos personas que mueren y no llevaban cinturón de seguridad, uno hubiera podido salvar la vida. Es un gesto muy simple que debería estar consolidado.
En los últimos años se ha acentuado la aparición de nuevos actores en las carreteras urbanas. Por ejemplo, los patinetes eléctricos. El Gobierno ha aprobado un proyecto de ley para que los dueños tengan que contratar un seguro, pero en Valladolid todavía no hay una normativa municipal que los regule. ¿Se está actuando con la suficiente celeridad?
La tecnología avanza muy rápido, mucho más que nosotros. Estos vehículos han venido para quedarse. Y de muchas formas, porque se utilizan en el ámbito privado y laboral. Es algo que hay que regular en el ámbito municipal, pero es cierto que nosotros, en el real decreto de medidas urbanas, ya reconocimos estos vehículos de movilidad personal. Ahora estamos tramitando una modificación del reglamento general de circulación para proteger a los usuarios vulnerables, que son los peatones, ciclistas, motoristas y este tipo de vehículos. Será el germen para normativas municipales, a las que vamos a dejar un amplio margen, porque las competencias de tráfico en las vías urbanas corresponde a los ayuntamientos.
Hablando del ámbito urbano, la movilidad se ha convertido en los últimos años en Valladolid en el centro de un intenso debate político, con la colocación y eliminación posterior de carriles bici. ¿Qué opinión tiene al respecto?
La DGT ejerce sus competencias en las vías interurbanas, aunque prestamos asesoramiento a los ayuntamientos. Los de la provincia de Valladolid la verdad es que son muy colaboradores. La movilidad ha cambiado. Ya no consiste en una persona en un turismo, porque las bicicletas cada vez se utilizan más y han aparecido los vehículos de movilidad personal. Y las ciudades se tienen que adaptar a estos nuevos modelos.
Según los últimos datos del Instituto Anatómico Forense, en 2022, de los nueve fallecidos en carreteras en Valladolid, seis llevaban en el organismo restos de alcohol o drogas. ¿Han fracasado las campañas que se están llevando a cabo desde hace décadas?
Debemos continuar trabajando porque se trata de uno de los principales problemas de seguridad vial. No solo a nivel nacional, también en Europa. El alcohol es la segunda causa de siniestralidad mortal en las carreteras de nuestro país. En Valladolid, el año pasado, de los once fallecidos, uno tenía restos de esta sustancia. Desde la DGT se han promovido muchas campañas, y se ha avanzado mucho. Por ejemplo, ya está muy consolidado que cuando haya una celebración, como una boda o una comunión, se utilicen autocares. Es una responsabilidad del conductor, pero también de los pasajeros, que deben insistir a esa persona en que no puede coger el vehículo.
En los últimos años ha habido algunas quejas de profesores de autoescuelas de Valladolid por la falta de profesores para hacer exámenes prácticos del carné de conducir. ¿Está completamente solucionado ya este problema?
Hemos realizado un gran esfuerzo para dotar a las jefaturas provinciales de tráfico de personal examinador, a través de distintos mecanismos, como personal de nuevo ingreso, funcionarios interinos e incluso examinadores itinerantes que acuden a las provincias donde más se necesita. Ahora mismo en Valladolid tenemos la plantilla cubierta al cien por cien, no existe ningún problema, con carácter general. En el último año se ha incorporado un funcionario.
¿Qué estructura tiene la DGT en Valladolid?
En todas las provincias existe una jefatura provincial de tráfico, pero, además, aquí somos los coordinadores de Castilla y León. Por un lado tenemos el servicio al ciudadanos, es decir, todos los trámites relacionados con vehículos, conductores y procedimientos sancionadores. Además, tenemos el área de seguridad vial, que es fundamental. Por un lado, elabora informes estadísticos que sirven como base de actuación para reducir los siniestros. Y otra parte es la de educación vial. En esta sede también contamos con el centro de gestión de tráfico, que presta servicio a las nueve provincias de Castilla y León, con paneles de mensaje variable, lectores de matrícula y cámaras de televisión. Es un centro muy importante que está abierto durante las 24 horas del día y que adquiere mucha relevancia durante la época del invierno, por las nevadas.
¿Cuántas personas trabajan en la Jefatura?
Unas 40, más el personal de empresas que trabajan con nosotros.
Durante estos días cumple diez años en el cargo. ¿Qué balance hace de esta década?
Hemos avanzado mucho en seguridad vial y concienciación de los ciudadanos, así como en la agilidad de los trámites administrativos. Los avances tecnológicos facilitan que los ciudadanos no tengan que venir a la oficina. Un ejemplo es la aplicación móvil 'Mi DGT', que se lanzó en 2020 y cada vez permite hacer más gestiones. Hay que avanzar más en la tramitación electrónica, aunque siempre mantendremos la atención presencial.