Que los precios de la cesta navideña suben según se acercan las fechas más señaladas es algo que ocurre y se sabe desde siempre. Tampoco sorprende a estas alturas que se den casos de productos que bajan a última hora y premian al más arriesgado, al menos previsor o, simplemente, a aquel que adapta su menú a las mejores ofertas del mercado. Casi todo cabe en el singular juego del Siete y Medio de las compras de diciembre pero, mientras cada cual decide si se planta y compra con los precios de hoy o pide carta y se expone a esperar los de mañana, lo cierto es que ya son mayoría los alimentos que están no sólo más caros que hace un año, sino también que en vísperas de la última Nochebuena, a pesar de que esos días suelen ser los del subidón que después se desinfla a partir de enero. Un ejemplo más, por tanto, para dejar de confundirse al escuchar que la crisis de la inflación ya pasó porque, ciertamente, los precios de los alimentos ya no suben como entre 2021 y 2023, pero de ahí a que bajen hasta recuperar los de antes de la escalada…
El análisis realizado por El Día de Valladolid se basa en una muestra de 60 productos, los que ha podido extraer de las tomas de precios oficiales del Ayuntamiento que se realizaron, concretamente, al final de la última semana de noviembre de este año y del anterior, así como el 22 de diciembre de 2023, en el mercado del Campillo. Y de 60 productos, 37 tienen precios medios más altos que en vísperas de la última Nochebuena, cifra que se eleva a 41 en cuanto a los que están más caros que hace un año, frente a 18 más baratos y uno igual.
El lechazo, por ejemplo, comprando medio o entero, ya estaba a finales de la semana pasada a 21,63 euros por kilo (frente a 19,29 en vísperas de la última Nochebuena y 18,69 hace un año), y las chuletillas a 38,24 (37,45 y 32,36). El tostón, en cambio, tenía un precio medio más bajo: 17,33 (21,15 y 19,93).
Los precios ya superan los de vísperas de la última NochebuenaEn pescadería llama la atención especialmente la merluza de pincho, que el pasado viernes 29 ya se ponía a un precio medio de 32,55 euros por kilo, más de 10 euros por encima de su precio de un año antes o de vísperas de Nochebuena (21,91 y 20,85). La lubina grande a 24,69 (frente a 19,5 y 18,76); el rape sin cabeza a 39,88 (32,85 y 38,68); el rodaballo a 20,22 (16,8 y 21,72)… En el otro extremo destacan los calamares (17,06 euros por kilo), que no sólo están más baratos que el 22 de diciembre de 2023 (22,51), sino también que por debajo de su precio de finales de noviembre del año pasado (21,03).
Unos precios ya disparados y otros que apuntan a dispararse
En cuanto al marisco, entre los que están más caros que en vísperas de la pasada Nochebuena o que hace un año, destacan el bogavante (a 54,43 euros, frente a 44,33 y 48,93, respectivamente) y los bígaros (a 24,88, frente a 24,6 y 18,25). También los berberechos, que casi duplican su precio de hace un año (23,38 frente a 12,8). Las almejas, mientras, casi igualan su precio de la pasada Nochebuena (39,22 frente a 40,2, además de 34,68 hace un año); y quienes se estén planteando comprar nécoras o bueyes quizá puedan tomar nota de que tienen precios similares a los de hace un año, pero en las siguientes semanas subieron hasta situarse el 22 de diciembre, redondeando, siete y diez euros más altos.
Recapitulando, entre los productos que están más caros que en vísperas de la pasada Nochebuena destacan el bogavante, los bígaros, mejillones, lubina, merluza, rape, rodaballo, ternera, lechazo, el solomillo de cerdo, pollo, codorniz, pechugas de pavo, berenjenas, aguacate, kiwi, piña o uvas. Y más baratos que hace un año o que el 22 de diciembre de 2023: gambas, langostinos, bertorella, chipirones, lenguadina, calamares, tostón, champiñones, mango…
Hay por tanto excepciones que pueden ayudar a contener gastos si uno no quiere digerir las comidas y cenas navideñas más caras desde que se inventaron los villancicos. O si el menú pretendido es tan tradicional como innegociable, bien se pueden hacer cuentas de lo que suponen sobreprecios de tres o cuatro euros por kilo en la mayoría de productos, teniendo en cuenta además la cantidad equivalente por cada comensal, no vaya a ser que se prefiera compensar recortando gastos por otro lado.