El plan de Bimbo para cerrar su fábrica del polígono de San Cristóbal enfila su recta final. El 18 de septiembre anunciaba la multinacional mexicana su intención de marcharse de allí, quería hacerlo antes de acabar el año y lo hará. Así, con el cese de actividad ya fijado para el 31 de diciembre, el desmantelamiento de sus instalaciones en un plazo no superior a tres meses más (hasta el 31 de marzo de 2025) y la venta de lo que deja a la empresa de transporte Martínez Marcos, que trasladará allí la sede que actualmente tiene en la carretera de Burgos, lo que ahora se ultima es definir el futuro de sus 155 trabajadores entre las alternativas que resultaron del acuerdo alcanzado en la negociación del expediente de regulación de empleo que se cerró el 24 de octubre; y no todos lograrán lo que esperaban.
En principio, después de mantener sendas reuniones este jueves con la firma contratada por Bimbo para el plan de reindustrialización (LHH) y con Martínez Marcos, serán más de un centenar los empleados que salgan de la multinacional; o lo que es lo mismo, menos de un tercio los que se queden (44 de 155). El número de trabajadores que tiene previsto aceptar la opción de traslado a la fábrica de Bimbo de Medina del Campo asciende a 38, concretamente, por lo que no se cubrirían todas las vacantes que ofreció allí de inicio la empresa (41), salvo que se produzca algún cambio este viernes, último día para pensárselo; cuatro se irán a la fábrica del grupo en Puente Genil (Huelva), uno a la de Azuqueca de Henares (Guadalajara) y uno a la de Solares (Cantabria).
En cuanto a los que se van, 43 empleados con 55 años o más prevén dejar la empresa a través del plan de rentas propuesto para sobrellevar el tiempo que les quede hasta poder prejubilarse con 63: cobrarán una indemnización, redistribuida mes a mes hasta entonces, que les asegura al menos el 85% de sus actuales ingresos salariales, mientras Bimbo les paga las cotizaciones hasta esa edad.
Recolocaciones complejas
La parte más difícil es la que queda para los 68 trabajadores que asumen el despido y entran en el plan de reindustrialización y recolocación, que así se le viene denominando pero en la práctica son dos diferentes, aunque vinculados. El primero lo lleva la empresa Martínez Marcos por los 50 puestos que se comprometió a ofrecer a empleados de Bimbo.De inicio fueron casi 60 los que se interesaron, pero este jueves sus responsables frustraron las expectativas de buena parte al precisarles que 30 de las vacantes son de camionero. «Hay quienes ya tienen carné o se lo están sacando y la empresa se ha ofrecido a pagar la formación de quien quiera, pero no todo el mundo está dispuesto, dado que no es ya solo la capacitación, sino la disponibilidad que exige conducir un camión tanto a nivel nacional como internacional», admitía este jueves a El Día el presidente del comité de empresa, Félix Fernández (CCOO).
En cuanto a los 20 puestos restantes que ofrece Martínez Marcos, 14 son para talleres de chapa y pintura, lavado de cisternas, mantenimiento... y seis de administrativo que serían para personal de la plantilla actual de administración y laboratorio de Bimbo.
De esta forma, será «complicado» que haya 30 trabajadores de Bimbo dispuestos a ponerse al volante por el drástico cambio de vida que conllevaría; del mismo modo que se presumen más candidatos que vacantes de administrativo, en cuyo caso Martínez Marcos ya cuenta con hacer un proceso de selección. Y los que no entren serán los que puedan pasar al programa de recolocación de LHH, que les ofrecerá formación y asesoramiento para facilitarles que puedan encontrar otro trabajo.
No obstante, lo que sí tienen asegurados los 68 trabajadores del plan de recolocación y reindustrialización es el cobro de altas indemnizaciones por despido, con el máximo legal establecido o incluso por encima. Con la firma del ERE se pactaron 45 días de salario por año trabajado antes del 12 de febrero de 2012 (por la entrada en vigor de la reforma laboral de entonces) con un tope de 42 mensualidades; y 33 días por año desde esa fecha con un tope de 24 mensualidades; así como pluses de entre 2.000 y 3.500 euros para los de menos antigüedad. En cuanto a los traslados a otras plantas, incluyen ayudas de transporte o cambio de domicilio.
Pero lo cierto es que sólo Bimbo verá cumplidas sus expectativas ante un cierre que nadie más deseaba, mientras buena parte de la plantilla aún lamenta que su empresa no escuchara ofertas de otras firmas de su sector interesadas en sus instalaciones (la Junta asegura que encontró dos opciones a través de la Fundación Anclaje), según temen, por no favorecer a la competencia.