«Diseño de un dispositivo de orientación para personas invidentes mediante protocolo Zigbee» es el título del proyecto Fin de Carrera desarrollado por Óscar Sanz Torres, alumno de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Valladolid, que ha resultado ganador del Premio a la Innovación Tecnológica de la Fundación Rodolfo Benito Samaniego, creada para mantener vivo el recuerdo de la víctimas del atentado en Madrid el 11 de marzo de 2004.
Esta IX edición ha reconocido la innovadora propuesta de Óscar Sanz, dirigida por la profesora del Departamento de Tecnología Electrónica, María Isabel del Valle González. El proyecto trata de buscar una alternativa a los sistemas de aviso que utilizan los semáforos destinados a los invidentes, en forma de pitidos, que ocasionan en algunas zonas problemas y contaminación acústica. El dispositivo ideado por este estudiante se compone de un collar, colocado en la persona invidente, que detecta el estado los semáforos y le avisa mediante la emisión de diferentes tonos, sólo audibles por él. Además se coloca un dispositivo en el semáforo que emite la señal al collar.
En este proyecto se ha utilizado el protocolo Zigbee de comunicación inalámbrica, muy novedoso, que permite un grado de autonomía muy elevado con un bajo consumo. El ahora ex alumno desarrolló la idea el pasado año y presentó el trabajo en julio de 2012, tras lo cual obtuvo la titulación de ingeniero en Automática y Electrónica Industrial en la Escuela de Ingenierías Industriales de la UVa.
La comunicación del premio, consistente en 3.000 euros, la recibió ayer lunes, 18 de febrero, aunque la entrega de los premios no será hasta el próximo 9 de marzo en la Universidad de Alcalá de Henares. En esta IX edición el Premio Individual a los Valores de la Convivencia ha recaído sobre el humorista gráfico Antonio Fraguas Forges, mientras que el Premio Colectivo a los Valores de Convivencia ha sido concedido a la Fundación Vicente Ferrer.
La Fundación Rodolfo Benito Samaniego fue creada para organizar actos en homenaje y reconocimiento a las víctimas y contribuir a extender su memoria, así como los valores de paz, libertad y democracia. También para trabajar en el impulso de corrientes de pensamiento en el campo de la innovación y el desarrollo y para la realización de actividades vinculadas a temas sociales a temas sociales, económicos y culturales de la sociedad actual. La Fundación lleva el nombre de Rodolfo Benito Samaniego, en su memoria. Era ingeniero industrial, tenía 27 años y fue una de las 192 personas que fallecieron en el brutal atentado del 11 de marzo.