La pandemia refuerza el techo de cristal

Óscar Fraile
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Castilla y León ha perdido casi 2.000 mujeres en puestos directivos durante la crisis, un pequeño paso atrás que no empaña el camino andado durante décadas para lograr que pasen del 10 al 30% de representatividad

Una mujer en su puesto de trabajo. - Foto: Jonathan Tajes

Hace algo más de tres meses que el Rey Felipe VI acudió en Bilbao al XXI Congreso de Directivos, organizado por la Fundación CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos). En el vídeo difundido posteriormente por la Casa Real se observa a algunos miembros de esta Fundación recibiendo al Rey a su llegada al Bilbao Exhibition Centre. El monarca estrecha la mano a 17 hombres y solo cuatro mujeres, una situación que va en la línea de la posterior imagen de Felipe VI sentado rodeado de hombres directivos  y solo con la presencia de algunas mujeres detrás.

Pudiera ser una anécdota, pero lo cierto es que se trata de una estampa que refleja fielmente el camino que queda por recorrer para alcanzar la paridad en los consejos de administración y puestos directivos de las empresas. Sin que eso supongo menospreciar el terreno andado: según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2012 solo uno de cada diez miembros de los consejos de administración de las empresas del IBEX-35 eran mujeres. Pues bien, en 2021 ya eran tres de cada diez.

Una tendencia que parece haberse frenado durante la pandemia, ya que las 20.200 directivas que había en Castilla yLeón en 2020 se quedaron en 18.300 en 2021, según los datos del INE facilitados por la patronal CEOE Castilla yLeón. «Ha habido un descenso significativo debido al impacto económico de la pandemia», apuntan desde la asociación de empresas. Una caída que es mucho más pronunciada si se analiza por separado las grandes empresas, donde las mujeres directivas se han reducido un 50 por ciento al pasar de 200 a cien en este periodo.

Así, en términos porcentuales, ellas pasaron de representar el 30,4 por ciento de los puestos directivos en pequeñas empresas en 2019 al 29,9 por ciento el año pasado, mientras que en las grandes empresas esa bajada fue mucho más brusca: del 7,4 al dos por ciento.

No es cuestión de ser catastrofistas en la lucha por la ansiada igualdad, porque ahí están los resultados cosechados en las últimas décadas, pero conviene no bajar la guardia. Las cosas no cambian por inercia, y menos si esas cosas forman parte de la espina dorsal de la cultura de un país. Los cambios hay que trabajarlos. Conscientes de ello, CEOE Castilla yLeón y la Consejería de Familia pusieron en marcha hace pocos meses una nueva edición del programa Lideramos, mediante el cual 30 directivas de la Comunidad se formaron para mejorar sus competencias.

Ángela de Miguel, además de ser empresaria, presidenta de CEOE Valladolid y vicepresidenta de CEOE Castilla yLeón, es la representante regional de la Asociación Multisectorial de Mujeres Directivas y Empresarias (AMMDE). Para ella, los datos de la bajada de mujeres directivas en pandemia hay que analizarlos dentro de un contexto muy particular: el de la crisis económica. «Las empresas en general, y la CEOE en concreto, estamos trabajando para revertir estos datos hasta llegar al 40 por ciento de mujeres directivas que significa la paridad», señala.

Un objetivo que no es una mera cuestión de marketing. De Miguel incide en que «está perfectamente demostrado que tener equipos diversos mejora la cuenta de resultados de las empresas». Una filosofía que no siempre fue la predominante en un país que ha dado la espalda al talento del 50 por ciento de la población durante muchas décadas.

La presidenta de la patronal asegura que no solo hay que trabajar en la formación de las mujeres, también hay que hacerlo en cambiar ciertas tendencias culturales. «Hay que crear un ecosistema adecuado para mejorar, y en este sentido es muy importante la corresponsabilidad», sostiene. De Miguel rechaza la imposición de cuotas en las empresas y apunta a otras medidas de estímulo, al estilo de las que ha puesto en marcha la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que obliga a las empresas cotizadas que no lleguen a un 40 por ciento de directivas a analizar las causas de ese desequilibrio.