Dos estilos, dos autores, con la calidad literaria como denominador común. El Círculo de Recreo acogió el encuentro literario que ha reunido a dos destacados escritores de Castilla y León: Rubén Abella y Avelino Fierro. Moderados por el poeta Fermín Herrero, los autores han presentado sus últimas obras y han ofrecido al público una enriquecedora charla sobre sus distintos enfoques literarios.
Herrero introdujo el evento al resaltar la importancia de traer a la feria a escritores no comerciales y "auténticos" de la región, y ha subrayado también la relevancia de las editoriales locales, Menoscuarto y Eolas.
El contraste entre los estilos de Abella y Fierro ha quedado patente durante el encuentro. Mientras que Abella se sumerge en la ficción y la imaginación para explorar la memoria y la verdad, Fierro se ancla en la realidad y sus experiencias cotidianas, ofreciendo una perspectiva más directa y personal. Sin embargo, ambos comparten una profunda calidad literaria que fue apreciada por el público asistente.
Rubén Abella presentó su novela 'Dice la sangre', publicada en abril, en la que comparte su enfoque en la memoria como eje central de su narrativa. "Desde que comencé, la cuestión de la memoria ha sido una constante en mi trabajo. 'Dice la sangre' es la tercera parte de una trilogía no oficial sobre personajes obsesionados con la memoria. En esta novela, un personaje pide a 21 personas que le cuenten lo que saben sobre un suceso en su familia durante el verano de 1985 en un pueblo ficticio. Es un mosaico de la memoria donde los personajes mienten para defender sus versiones de los hechos", explicó Abella.
Para Abella, la realidad es solo una base que transforma con la imaginación para alcanzar una verdad más duradera. "La realidad tiene una importancia relativa; lo que me interesa es la verdad que perdura más allá del tiempo presente", expuso.
Avelino Fierro, por su parte, presentó su obra 'Días sin rostro', una recopilación de diarios que reflejan sus experiencias cotidianas durante el periodo de la pandemia. Fierro se definió como un "lector agradecido" y un "escritor por encargo". "Mis diarios son una recopilación de vivencias que me han permitido mantener una escritura constante. Aunque soy un lector más que un escritor, mis escritos se nutren de la vida diaria y de mi trabajo en la justicia penal", señaló Fierro.
Por último, destacó la importancia de la lectura en papel y la escritura a mano, defendiendo la literatura como un medio para "recuperar a los que nos precedieron". "Escribir un diario es fácil porque te alimentas de todo lo que ha habido antes. La literatura es recuperar a los que nos precedieron y a los muertos", afirmó.