Una zanja de riego de unos 260 metros longitudinales excavada el pasado jueves sin las licencias oportunas ha destruido una parte importante del yacimiento de Pintia, del siglo IV a.de C., en Padilla del Duero que en su día perteneció al singular pueblo prerromano de los vacceos.
Viviendas, murallas, vías o menaje cerámico son algunos de los tesoros que han sido arrollados de este Bien de Interés Cultural (BIC) de 125 hectáreas que alberga en su poblado y necrópolis la agitada historia de más de mil años de desarrollo de las tres grandes culturas que lo poblaron: la vaccea, la romana y la visigoda.
Como ha explicado este lunes a EFE el director del Centro de Estudios Federico de Wattemberg, el arqueólogo Carlos Sanz, los primeros sondeos técnicos hablan de unos 1.200 metros cúbicos de terreno "completamente destrozado", que suponen "diez años de trabajos e investigación".
Una "fechoría" que Sanz se topó el pasado viernes cuando acudió, de forma habitual en época de lluvias, al yacimiento para inspeccionar el terreno. Entonces se encontró con el panorama: dos excavadoras trabajando al unísono, sospecha que para hacerlo rápido, una abriendo la zanja y la otra metiendo el tubo.
Doscientos sesenta metros de largo, 50 centímetros de ancho y 1,5 metros de profundidad es el resultado de un "destrozo" que ya es "imposible de recuperar", ha lamentado afligido el arqueólogo, que ha explicado que la parte afectada es una de las más "antiguas y ricas" de todo el yacimiento vacceo, el correspondiente al poblado de Las Quintanas.
Un informe "demoledor"
Por su parte, desde la Junta de Castilla y León han tildado de "demoledor" el informe previo de daños realizado con carácter de urgencia por los técnicos, que habla de un daño "muy alto" al yacimiento, como ha expresado en el propio lugar el consejero de Cultura y Turismo, Gonzalo Santonja.
"La imagen es desoladora. Todo el mundo de la arqueología y todos los castellanoleoneses saben que esto no es admisible", ha lamentado el miembro del Ejecutivo autonómico, que ha indicado que el Seprona ya ha abierto las diligencias y desde la Administración también se investiga lo ocurrido y a los posibles autores.
En este sentido, Santoja ha recalcado que todos los BIC poseen la misma categoría de protección, por lo tanto, los yacimientos merecen "el mismo respeto que las iglesias o las catedrales: son sagrados y es inadmisible atentar contra ellos".
"Es cuestión de responsabilidad ciudadana. No se puede andar por el campo con detectores de metales o hacer agujeros, porque es igual que robar carteras o saltarse semáforos", ha apostillado el consejero.