El cáncer es, según el Instituto Nacional de Estadística, la principal causa de muerte en Valladolid. Y todo hace indicar que esta posición se reforzará en los próximos años si se cumplen las previsiones que maneja la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) para esta provincia. Tanto la mortalidad como la incidencia aumentarán ostensiblemente en el próximo cuarto de siglo para confirmar la tendencia de los últimos años, según el Observatorio de esta asociación. En el año 2012 morían en Valladolid por cáncer 273 personas por cada cien mil habitantes, una cifra que actualmente se sitúa en 278 después de una década de altibajos. No obstante, hasta el año 2050 la tendencia será alcista, con la previsión de llegar a mitad de siglo con 439 fallecimientos cada cien mil habitantes, un 58% más que los actuales. Lo mismo sucederá con la incidencia, es decir, el número de nuevos casos, que pasará de los 591 por cada cien mil habitantes de la actualidad a 712 en el año 2050, un 20,4% más.
Aunque la tendencia general es al alza, cada tumor tiene su propia previsión, ligada, sobre todo, a cómo le influye los cambios de los hábitos de vida de la sociedad y los posibles avances tecnológicos. Si se cumplen las previsiones de la AECC, los que más crecerán entre 2025 y 2050, serán los de piel, excluyendo al melanoma, que pasarán de 38 casos por cien mil habitantes a 61, es decir, un 60,5% más. El melanoma (el más agresivo) también lo hará, pero en menor medida. El principal factor de riesgo de este tipo de tumores es la exposición prolongada a los rayos ultravioletas, directamente relacionada con el calentamiento global.
El segundo tipo de cáncer que más aumentará en Valladolid en esos 25 años es el de estómago, que pasará de 18 casos por cien mil habitantes a 25, un 38% más. El siguiente en la lista es el colorrectal, que pasará de 101 a 134, un 32% más, y que tiene como factores de riesgo una dieta pobre en frutas y verduras y con exceso de carnes rojas, aparte del consumo de alcohol y falta de ejercicio. El aumento de este tumor en los últimos años también tiene que ver con el envejecimiento de la población de Valladolid, ya que se suele dar a partir de los 50 años, aunque cada vez es más frecuente en pacientes por debajo de esa edad.
Otros aumentos significativos en los próximos años serán los de los tumores de vejiga, pulmón y próstata. Aunque no todos siguen la misma tendencia. También se prevé que desciende la incidencia de los de mama, cérvix y tiroides, entre otros.
Hay múltiples factores que explican la tendencia general al alza de los últimos años. Por ejemplo, la mejora de las técnicas de diagnóstico y la puesta en marcha de programas de cribado han hecho que ahora se detecten con más facilidad que antes. También influye el envejecimiento de la población de la provincia y el aumento de esperanza de vida, que en Valladolid era de 74 años en 1975 y en 2022 ya superó los 84 años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. «Cuanto más tiempo estamos vivos, más fácilmente acaban degenerando las células de nuestro organismo y volviéndose malignas», explica el responsable de la Unidad de Oncología del Hospital Universitario Río Hortega, Joaquín Fra, quien también apunta la aparición de técnicas «capaces de detectar enfermedades que antes no se podían detectar», aparte de una «mayor concienciación de la población» a la hora de someterse a revisiones periódicas.
Hábitos de vida
Evidentemente, no todos son factores médicos o demográficos. Los hábitos de vida también tienen mucho que ver en lo que ha pasado en las últimas décadas y en lo que se prevé que venga en las siguientes. Muchos de los cambios sociales se ven reflejados en esta enfermedad. Por ejemplo, el aumento de la incidencia del cáncer de pulmón en mujeres como consecuencia de un incremento del consumo de tabaco que comenzó en la década de los 80.
Lo mismo sucede con la alimentación de una sociedad 'asfixiada' por la prisa que cada vez cocina menos y consume más comida ultraprocesada. El doctor Fra habla de «epidemia de obesidad» debido al protagonismo de una «dieta anglosajona» que poco a poco eclipsa a la mediterránea. «Aquí vemos cada vez más tumores de colon en etapas más tempranas de la vida, probablemente por los cambios en los hábitos alimenticios, con una dieta menos rica en fibra y con más grasas saturadas», asegura.
A todo ello hay que añadir el aumento del sedentarismo. Un reciente estudio del MD Anderson Cancer Center, de la Universidad de Texas, concluyó que las personas con una vida sedentaria tienen un 82% más de probabilidades de fallecer por cáncer frente a los que tienen una vida más activa y hacen ejercicio regularmente.
Según los datos de 2023 que maneja la AECC, Castilla y León fue la segunda comunidad autónomas con mayor incidencia de cáncer, con 725 nuevos casos por cada cien mil habitantes, una cifra que solo supera Asturias, con 738. Esto hace que las provincias de la Comunidad ocupen los primeros puestos en la clasificación provincial. De hecho, Zamora es la que tiene la mayor incidencia de España, con 836 casos por cada cien mil habitantes. En lo que respecta a Valladolid, aunque es la segunda provincia de Castilla y León con la incidencia más baja, ocupa el puesto 14 entre las 52 provincias del país, con 678 casos. Por sexos, los tumores son más frecuentes en hombres que en mujeres: 805 frente a 557 de incidencia, respectivamente. Una brecha que se agudizará en el futuro, según las previsiones de la AECC.
Cómo prevenir
Le herramienta más eficaz para frenar el aumento de casos de cáncer es la prevención. ¿Cómo hacerlo? El Código Europeo contra el Cáncer incluye doce recomendaciones elaboradas por expertos de diferentes disciplinas en base a la evidencia científica existente. Se trata de evitar el consumo de tabaco y otros productos relacionados, como los cigarrillos electrónicos, mantener los hogares libres de humo, mantener un peso saludable, hacer ejercicio todos los días, limitar el alcohol, utilizar protección solar en periodos prolongados de exposición, conocer y cumplir la normativa sobre salud laboral, informarse sobre posibles altas exposiciones a niveles naturales de radón, aprovechar los beneficios para hijo y madre de la lactancia materna (reduce el riesgo de cáncer en la progenitora), seguir los calendarios de vacunación y participar en los programas de cribado de cáncer colorrectal, cérvix y mama.