Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


'Melonización' en suspenso

20/10/2024

Roma ha vuelto a convertirse en centro de peregrinación, no por las razones religiosas habituales, sino porque allí se encuentra la sede del gobierno italiano al frente del cual se encuentra Giorgia Meloni, autora de un plan antiinmigración que ha causado furor en muchos gobiernos, que han acudido al Palacio Chigi para comprobar de primera mano las bondades de la iniciativa. Hasta allí se han llegado el premier británico, Keir Stamer, y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.  

Núñez Feijóo, bien asesorado o haciendo gala de la retranca gallega, no ha dicho si la iniciativa le parece bien o mal, y si la aplicaría en nuestro país, aunque la acogió con simpatía. El líder del PP ha hecho bien en no mojarse a tenor del fiasco que ha supuesto la primera demostración práctica del 'plan Meloni', que básicamente consiste en externalizar el tiempo de espera que deben pasar los solicitantes de asilo en Italia en otro país, concretamente en Albania donde el país trasalpino ha financiado la construcción de un campo de internamiento de emigrantes, en la localidad de Gjadër. Los dieciséis primeros teóricos habitantes de las instalaciones han sido devueltos a Italia, en unos caso porque se trataba de menores de edad y en otros por orden judicial porque los deportados pertenecían a Egipto y Bangladesh considerados países inseguros para su vida si eran devueltos a ellos. Pero que no haya apoyado de viva voz la 'melonización' de la cuestión migratoria es firmante del acuerdo del PP europeo, que pide restringir las políticas de asilo y apuesta por los centros de internamiento fuera de las fronteras europeas

El coste de la operación, bastante elevado por cada uno de ellos, tiene además letra pequeña, dado que los migrantes susceptibles de ser ocupantes del campo albanés tiene que haber llegado tras un rescate por navíos italianos, lo que deja fuera a los salvados del mar por barcos de ONG, no ser personas vulnerables y no pertenecer a países de riesgo. La subcontratación de la seguridad de las fronteras españolas es ya una práctica habitual que Italia practica con Libia y Túnez y el conjunto de la Unión Europea con Turquía, a un elevado coste económico, y Meloni quiere que Siria sea declarado país seguro para deportar allí a los nacionales de ese país que salieron huyendo de la guerra y del ISIS.

Tras la visita de Feijóo a Meloni y la cumbre europea de los populares no se conoce cual es la "fórmula mágica" de la política migratoria de defiende el PP. Quizá porque en el pleno extraordinario que solicitaron para abordar ese asunto se cruzó la metedura de pata de su partido sobre la revisión de las penas de cárcel de etarras derivada de una disposición europea. Y hasta su socio de gobierno en Canarias le afea que no pacte la reforma de la ley para trasladar a menores no acompañados a otras comunidades autónomas.

Además de las consabidas menciones a los acuerdos con países emisores y de tránsito de los migrantes quizá lo más interesante de la intervención de Sánchez fue la elaboración de un plan de integración de inmigrantes para evitar problemas sociales sobrevenidos. Es de esperar que no se tarde en concretar, porque lo que va rápido son las restricciones al asilo y a la permanencia de migrantes, a pesar de que se necesita mucha mano de obra nueva, como piden los empresarios.