Cristales rotos y un fuerte olor a gas

D.V.
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Los vecinos de la vivienda que registró una explosión en Valladolid apuntan al gas como probable causa de la deflagración

Algunos de los vecinos en el entorno del edificio donde se produjo la explosión. - Foto: Eduardo Margareto (Ical)

Varios vecinos vallisoletanos que viven en las inmediaciones del número 23 de la calle Juan de Valladolid apuntaron hoy a primera hora al gas como probable causa de la explosión que sacudió el barrio Parquesol en torno a las 5.58 horas de hoy martes. Así lo apuntaron a Ical en sendos testimonios. César Toribio, que vive justo enfrente del domicilio siniestrado y fue la primera persona en pisar la calle llena de cristales, o las hermanas Olivia y Elena Moro, que viven a apenas dos números de donde se registró la explosión. 

"Ha sido el gas, seguro", señaló Toribio, que explicaba cómo el bloque de viviendas "tiene gas individual en las calderas". "Quien vive en esa casa se habrá levantado, ha encendido el interruptor y habría una bolsa de gas acumulado en un escape y ha pegado la hostia", subrayó.

Las hermanas Moro, por su parte, confirmaban que en cuanto han salido a la calle tras despertarse por la explosión "ha empezado a oler muchísimo a gas en la calle". "Cuando hemos salido y el humo ha venido hacia nosotras nos hemos tenido que echar hacia atrás", apuntaron. 

Los Bomberos trabajan en el tercer piso del edificio, la vivienda afectada por la explosión.Los Bomberos trabajan en el tercer piso del edificio, la vivienda afectada por la explosión. - Foto: Eduardo Margareto (Ical)

En sus declaraciones, Toribio recordaba aún con el susto en el cuerpo el gran estruendo que se produjo con la explosión. "Yo estaba en la cama y he pensado: 'Vaya tormenta que hay'. He levantado la persiana y al ver que el suelo estaba seco he mirado para arriba y ya he visto a un hombre pidiendo auxilio desde su ventana. Bajé corriendo y me presenté en la calle el primero, y volvió a salir a la ventana ese hombre desde el tercero, y le dije que se tirara, que yo le cogía. Me dijo que era demasiada altura, que no se atrevía, y entonces llegó otro vecino y le insistió en que entre los dos podríamos cogerle, pero ya se metió para dentro, y comenzaron a escucharse explosiones pequeñitas", relata conmocionado. 

Toribio no ha podido dar la alerta al Servicio de Emergencias 112 porque al bajar a la calle súbitamente dejó su teléfono móvil en casa, pero pocos minutos después de la explosión pudo ver cómo empezaban a llegar los servicios de emergencia al lugar del siniestro.

Las hermanas Moro, por su parte, aún "temblando" y con la voz entrecortada, aseguran que la tragedia podría haber sido mayor si en el momento de la explosión hubiera habido alguien por la calle, que quedó de inmediato sembrada de cristales rotos, después de que la onda expansiva rebotara en el bloque de enfrente y reventara también los cristales de las ventanas situadas al otro lado de la calle. 

El alcalde, Jesús Julio Carnero, y varios concejales acudieron a la zona para interesarse por los daños y las personas afectadas..El alcalde, Jesús Julio Carnero, y varios concejales acudieron a la zona para interesarse por los daños y las personas afectadas.. - Foto: Eduardo Margareto (Ical)

Ellas también estaban durmiendo cuando se produjo la explosión, y acto seguido comenzaron a escuchar gritos de auxilio, y a un hombre pidiendo que llamaran a una ambulancia desde su vivienda. "Cuando hemos visto el fuego y las llamas salir, he llamado al 112", afirma Olivia, consciente de que han sido varios los vecinos que trasladaron la alerta. "La verdad es que han venido enseguida, había un coche de policía bastante rápido aquí", confirma Elena. 

Las dos explican que otro hombre se ha asomado a su ventana, justo debajo de la vivienda que registró la explosión, para pedir ayuda. "Creo que es quien sacó al que estaba en el edificio quemado, porque seguidamente ha salido un señor totalmente desnudo y han dicho que tenía quemaduras, pero no sabemos si es él o no.

Entre tanto, en el entorno del siniestro las llamadas se sucedían entre vecinos y vecinas contactando con familiares para tranquilizarles y confirmarles que no se habían visto afectados. 

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