Quién dijo que los romances son canciones antiguas que hablan de viejas historias por las que transitan el conde Olinos, la loba parda o el moro que perdió la Alhama? No solo no se agotó el romancero, sino que sigue creciendo. Ahí está el dúo Candeal con su Romance a Valladolid, o el Romance de Rosabella y Domingo creado por los Celtas Cortos, o las canciones que hablan de los familiares que emigraron a las ciudades industriales en los años 60.
Y entre esos romances contemporáneos está la historia de la militara. Todo comenzó en 1951…
La llamada ‘mujer soldado’, de la que se descubrió el asunto cuando ya llevaba 18 meses de servicio militar, fue un tema que dio la vuelta al mundo hasta el punto de que incluso en Estados Unidos se publicaron reportajes al respecto.
La prensa de Valladolid escribió: «Una mujer pasa por hombre durante 21 años. Es descubierto el engaño en un cuartel de esta ciudad»… «un singular descubrimiento que entra dentro del terreno de lo novelesco se produjo en nuestra ciudad a mediados del pasado agosto». Desde luego, este pintoresco suceso se convirtió en el tema preferente de conversación entre la gente.
La mujer / hombre prestaba servicio en el cuartel de Automovilismo del barrio de la Rubia, Valladolid. Julia /Julio Fernández González era su nombre y pasaba por ser un soldado modelo estimado por sus jefes y compañeros, pues a sus dotes morales añadía una destacada pericia en la conducción de camiones.
El descubrimiento se debió a un hecho fortuito: al producirse un hurto en el cuartel y los soldados sometidos a un control físico que llevaba al reconocimiento de las partes púdicas, Julia / Julio tuvo que revelar su secreto. Una vez que se verificó su sexo femenino se investigó cómo fue posible que una persona con sexo de mujer fuera llamada a filas sin haberse conocido su condición no masculina en el reclutamiento y consiguiente reconocimiento médico. En fin, algo inexplicable, aunque sus compañeros cayeron en la cuenta de que siempre se acostaba una vez dormidos todos.
Se supo que había nacido en Sama de Langreo y que era mecánico. Desde su infancia fue tenida por hombre y como tal educada en los hábitos típicos masculinos como beber y fumar. Le gustaba ir bien aseado, y según las habladurías, durante su servicio militar tenía novia.
Pronto corrieron varias versiones sobre el caso y se desbocó la fantasía popular: que si se trataba de disfrutar de una herencia siendo varón (que no hubiera sido posible en el caso de haberse registrado como mujer al nacer); que si se trataba de suplantar a un hermano suyo que debía cumplir el servicio militar; que fue convertida en varón por sus padres, que habían hecho caso omiso del Sacramento del Bautismo para suplantar a algún fallecido… incluso que fue un error de su propia madre, Carmen, que desde el principio lo creyó hombre.
Mas, lo que tiene menos explicación es que Julia dejara que continuara la creencia. Pero, desde luego, lo que está fuera de duda es que Julio/Julia se comportaba en todo momento como hombre, sin que ningún detalle dejara entrever sobre su condición masculina.