La Audiencia de Valladolid ha condenado a un total de cuarenta y dos años y medio de cárcel a Pablo Antonio S.H, más conocido como 'Chiqui', por la muerte a tiros en julio de 2022 de un vecino del mismo edificio en Santovenia de Pisuerga y de un teniente coronel de la Guardia Civil que integraba el operativo para la detención del criminal, según la información del Gabinete de Prensa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León recogida por Europa Press.
En su sentencia, el magistrado que presidió el juicio con jurado contra 'Chiqui' le impone dieciséis años y medio de cárcel por el asesinato de su vecino Dionisio A.P. ('Dioni') con la atenuante de estado pasional, otros dieciocho años de privación de libertad por el homicidio doloso del jefe de la Unidad Especial de Intervención (UEI), Pedro Alfonso Casado ('Perico') y atentado, seis años más de prisión por la tentativa de homicidio en la persona del hijo mayor de su convecino, Aitor--aplica idéntica atenuante--, y dos años más por la tenencia ilícita de armas.
La condena lleva aparejada igualmente la prohibición del condenado de comunicar y aproximarse a los domicilios de las familias de ambas víctimas durante un periodo de diez años, a cumplir una vez salga de prisión.
En concepto de responsabilidad civil, el condenado, a quien la Audiencia Provincial acordó hace unos días prorrogar su situación de prisión provisional hasta el 1 de julio de 2030, habrá de indemnizar a la viuda de 'Dioni' con 80.000 euros, a su hijo Alejandro con 96.000, a su otro hijo Aitor con 90.000, y a otros tres familiares con 18.000 euros a cada uno de ellos.
En el caso de la familia del teniente coronel fallecido, la condena le impone indemnizar a su viuda con 120.000 euros, a su hija Adriana, con 96.000, a su hija María, con 120.000, y al hermano de dicho agente, Javier, con 25.000 euros.
La fiscal del caso y un hermano del agente caído en acto de servicio, que pedían inicialmente 60 años, así como el letrado de 'Dioni' y la viuda e hijas del agente, que solicitaban 75 y 84 años, respectivamente, habían solicitado finalmente 44 años para 'Chiqui' (22 por el homicidio del agente, 15 por el asesinato del vecino, 5 por tentativa de homicidio y dos años por tenencia ilícita de armas).
Por su parte, la acción popular ejercida por la Asociación Víctimas, que pedía 84, la rebajó a 52 (20 por el asesinato, 22 por el homicidio, ocho por tentativa de homicidio y dos por tenencia ilícita de armas) y la defensa, que interesaba doce años y medio, elevó el conjunto de penas a más de veintidós, de ellos dos por tenencia ilícita de armas, quince por el asesinato de 'Dioni', cinco por la tentativa de homicidio y una pena mínima, aunque sin concretar, por el homicidio doloso del teniente coronel, con la atenuante de obcecación.
El propio defensor ya anunció además el mismo día del veredicto del jurado su intención de presentar el oportuno recurso ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, con sede en Burgos, con lo que los hechos serán analizados por una segunda instancia.
A lo largo del juicio se reconstruyeron los trágicos hechos ocurridos la madrugada del 1 de julio de 2022 en Santovenia, donde una inicial pelea entre las familias de 'Chiqui' y 'Dioni', que hasta entonces eran "amigos" desde la infancia, desembocó horas más tarde en una espiral de violencia que segó la vida del segundo de ambos vecinos y del jefe de la Unidad Especial de Intervención (UEI), el teniente coronel Pedro Alfonso Casado ('Perico').
El agente había llegado a la localidad vallisoletana al frente de su unidad con base en Valdemoro (Madrid) y no pretendía otra cosa que lograr la entrega de 'Chiqui', quien tras matar a su vecino se había atrincherado en la vivienda junto con el entonces novio de su hijastra, Iván V, al que supuestamente mantenía como rehén y utilizaba como "baza" o "escudo" para evitar así la entrada a la fuerza de los funcionarios del Instituto Armado.
Si bien el origen de la disputa entre las familias no ha quedado muy claro, pues unos sostienen que parte de una agresión previa meses antes en un bar por parte del hijo mayor de Dionisio a la hija de 'Chiqui' y otros, en cambio, aluden a un 'lío de cuernos' entre la expareja del acusado y el fallecido, lo cierto es que la tarde-noche del 30 de junio se produjo una trifulca en la que resultaron lesionados 'Dioni' y su esposa, lo que obligó a ambos a ser trasladados hasta el Hospital Clínico Universitario para ser atendidos.
Sin embargo, 'Dioni', ya en la madrugada del 1 de julio, en lugar de esperar a recibir asistencia sanitaria, llamó desde el hospital por teléfono a su hijo mayor, Aitor, para que pasara a recogerle con su coche y acto seguido ambos regresaron a Santovenia.
Allí, Dionisio no subió directamente al tercero, donde vivía, sino que al pasar por la puerta del piso bajo de la familia de 'Chiqui' comenzó a aporrearla violentamente para pedirle explicaciones, tal y como ha quedado reflejado en la grabación de la cámara de seguridad existente en el portal del edificio.
Un tiro sin mediar palabra
La puerta se abrió de improviso y 'Chiqui', como él mismo ha reconocido en el juicio, empuñó su viejo fusil Mauser y, sin mediar palabra alguna, descerrajó a su "amigo" de la infancia un certero tiro a la altura del estómago que le dejó prácticamente muerto en el acto antes de caer al suelo. El jurado no dudó a la hora de calificarlo como asesinato.
El calibre del proyectil, del 7.62, considerado de guerra y ahora utilizado para caza mayor porque asegura que la pieza abatida queda inerme en el terreno, convirtió en infructuosas las maniobras de reanimación a las que fue sometida la víctima.
Pero además, una de las claves a lo largo del juicio se centró en tratar de acreditar si Aitor estuvo a punto de correr la misma suerte que su padre cuando el verdugo de éste, fusil aún en ristre, apuntó al joven y le persiguió, supuestamente, por el portal con la intención de alcanzarle con un segundo proyectil que aún había alojado en el cargador.
Aunque las acusaciones lo entendían totalmente acreditado y calificaban de tentativa de asesinato, la defensa de 'Chiqui' la descartaba de plano, como así entendió finalmente el jurado popular, que, no obstante, lo rebajó a una tentativa de homicidio porque el joven pudo defenderse ya que la acción del acusado "no fue sopresiva".
A partir de ahí se sucedieron las horas en las que 'Chiqui' se hizo fuerte en el piso en compañía de su entonces yerno. Aunque las acusaciones sostenían que era su rehén, el jurado tampoco lo considera probado y se situó en el lado de la defensa, que desde un primer momento apuntaba que Iván se mantuvo dentro por propia voluntad hasta que finalmente abandonó el inmueble, una vez que la Guardia Civil entregó al acusado la dosis de matadona que había exigido.
Antes de eso, el máximo responsable de la UEI, apostado en el portal junto con otros de sus hombres, recibía un tiro mortal en la cabeza que 'Chiqui' efectuó a través de la puerta, acción que, a juicio de los acusadores, constituía otro claro delito de asesinato por cuanto el propio acusado llegó a reconocer que había disparado hacia el lugar donde escuchaba ruido y en el que se estaban moviendo los guardias civiles.
Sin embargo, el veredicto del jurado mantuvo que la muerte del agente no fue un asesinato sino un homicidio doloso. No vio sorprensiva la muerte teniendo en cuenta que el acusado ya había realizado disparos previos y ante las constantes amenazas previas, con lo que los agentes se encontraban pertrechados con sus equipos de protección balística.