«Nos estáis destrozando», grita Gonzalo desde Producción a los compañeros de Calidad, que son los que se encargan de comprobar si los 'coches' que fabrican se ajustan a lo debido. «Nos hacen repetir un montón», se queja medio en serio medio en broma. Jugando con la esencia más infantil de la automoción, sin querer ha replicado un pulso clásico entre dos departamentos condenados a discutir y entenderse en la vida real de cualquier industria. Desde Diseño, Victoria, una listilla de 10 años, presume que el origen del problema está en Logística, «que no lleva a Producción todas las piezas que decimos».
Así transcurría la actividad en la singular fábrica de automóviles improvisada el pasado lunes por el Cluster de Automoción de Castilla y León (Facyl) en el polideportivo del centro educativo Cristo Rey, seleccionado para el programa piloto por ser cantera de referencia de las principales empresas del sector en Valladolid. Pero esta vez no se buscaban alumnos de FP recién titulados o en proceso de formación, sino despertar vocaciones tempranas en una treintena de niños de Primaria, de entre 8 y 12 años, pertrechados con sencillos kits de piezas y herramientas de construcción y montaje de juguete, puzzles y pinturas.
En la primera fase del taller, unos dibujan cómo se imaginan los coches que se fabricarán dentro de 50 años, otros aprenden a identificar y clasificar material, otros montan puzzles de máquinas... y en la segunda fase trasladan lo aprendido a los respectivos departamentos a través de dinámicas que simulan, en clave infantil, las tareas de algunos de los profesionales más demandados por las empresas del sector. «Les hemos explicado que los de Diseño diseñan el coche y dicen las piezas que necesitan, Logística las prepara, Programación programa robots (niños con antifaz y cuadros de mandos de goma eva a la espalda dirigidos por otros) para llevar los lotes a Producción, después Calidad para las comprobaciones, y así los vamos repartiendo», explica Lorena García, una joven ingeniera química de Michelin que se estrena como monitora.
En la prueba piloto, desarrollada en el polideportivo de Cristo Rey, los niños se repartieron en grupos para conocer mediante dinámicas lúdicas (pinturas, puzzles o piezas de construcción de juguete) las distintas fases del proceso industrial. - Foto: Jonathan Tajes«En Diseño están encantados porque dicen que son los que mandan a los demás», destaca por otro lado Nuria Marín, que estudió Ingeniería Electrónica Industrial y Automática en una promoción con «cuatro chicas entre 100 alumnos» y lleva poco más de un año en Iveco.
Álex cuenta que de mayor quiere ser veterinario, «pero lo de hoy está chulo»; Iago «policía, pero también me está gustando esto»; Emma y Ángela, «profesoras», y Victoria «crítica gastronómica», pero las tres coinciden en que «igual lo de diseño sí» se lo podrían pensar. Más claro parece tenerlo Mario, que sueña con ser «el inventor del coche volador»; y sobre todo Paula, «'michelinera'» de cuna al ser hija, sobrina y nieta de madre, padre, tío y abuelos con presente o pasado laboral en Michelin.
Antes de que empezara el taller, la responsable de proyectos de Facyl, Olga Chacel, ya anticipaba a los padres (también invitados a la sesión para orientarles y que puedan hacer lo propio con sus hijos) una de las grandes desventajas de la automoción frente a otras alternatvas: «Cuando preguntas a los niños qué quieren ser de mayores te responden cantantes, youtubers. médicos... trabajos que conocen por la tele, libros o juegos, y muy pocos o ninguno te responden o te saben explicar qué son los ingenieros, salvo que sus padres lo sean». De ahí la puesta en marcha de este programa piloto.
La idea partió de Iveco y Michelin, que se la propusieron a Facyl. No tardó en recabar el apoyo de la Consejería de Educación y la cofinanciación de la de Economía, ni tampoco en implicar a Renault, Industrias Maxi, Motherson (antes SMP y Visteon) y Benteler. Entre todas diseñaron el taller, además de aportar un monitor o monitora cada una, y ahora ya hay más empresas interesadas en futuras sesiones que también se extenderán a colegios de otras provincias de la Comunidad, ya con un programa estable de fomento de vocaciones tempranas a partir de 2025.
«Hace años que observamos un déficit de titulados tanto en ingenierías y otras ramas técnicas universitarias como en disciplinas de FP para oficios industriales», explica la directora de Facyl, Ana Núñez. «Son perfiles que las empresas de nuestro sector necesitan cada vez más y que les cuesta encontrar, y buscando la causa de esa dificultad, estimamos que la baja matriculación tiene su origen en edades tempranas». Sobre todo cuando los contenidos de ciencias se complican y muchos alumnos se decantan por itinerarios con asignaturas más blandas pensando sólo en aprobar, sin saber realmente a qué oportunidades profesionales de futuro renuncian por ello; así que acciones como ésta buscan que, por lo menos, sean más conscientes de la decisión que toman.
«Entre todos (familia, colegio, empresas y Administración) debemos orientar a nuestros hijos», explicaba a los padres la directora general de Política Económica y Competitividad de la Junta, Rosa Cuesta, antes de que se repartieran unos calendarios con información sobre los puestos de trabajo más demandados por el sector. «Respetando su libertad de decisión» y teniendo muy presente que las notas no siempre identifican el talento. «Que los niños no se desanimen, que el esfuerzo merece la pena y detrás de las matemáticas difíciles hay oportunidades muy ilusionantes de carrera profesional en el sector industrial», sentenció.