El descenso del primer equipo ha dejado parado todo el operativo del Real Valladolid... hasta julio.
La primera semana tras consumarse que los de Paulo Pezzolano bajaban a Segunda fue de análisis interno, ruedas de prensa (Ronaldo Nazário y Fran Sánchez) y reuniones para empezar a perfilar la siguiente campaña (como la mantenida por el técnico y el director deportivo en la que pusieron las bases de la plantilla, con cuatro bajas, Plano, Roque Mesa, Joaquín y Aguado; y la renovación de Anuar).
La siguiente, es decir esta, ha sido la de comenzar a realizar el cronograma de verano, centrándose en el mes de julio, en el que el equipo regresará a los entrenamientos.
La idea que maneja el Pucela es comenzar por las pruebas médicas el fin de semana del 6 y 7 de julio, para iniciar el trabajo de campo el lunes 8. Aún no ha trascendido si la plantilla realizará la pretemporada en casa o tendrá alguna concentración fuera. El club maneja ambas opciones y tendrá que tomar una decisión a lo largo de estos días.
Luego llegarán las presentaciones. De las nuevas equipaciones y de la campaña de abonados.
De lo primero ya se sabe que habrá cambio en la marca. Tras cuatro temporadas vistiendo Adidas –justo las que lleva Ronaldo en el club–, la entidad parece que volverá a lucir Kappa, enseña que ya estuvo vinculada al Real Valladolid de 2010 a 2013. La última temporada ha vestido al Deportivo de La Coruña en España o a la Fiorentina en Italia; y la pasada lo hizo con el Betis.
De lo segundo, de los abonos, poco se ha filtrado, aunque el club baraja acercarse a los precios del último curso en Segunda. El Real Valladolid ha contado con 23.300 carnés expedidos esta temporada, un récord histórico; y confía en, al menos, igualar los 18.017 de la campaña 2021-22, esa última en la que estuvo en la categoría de plata.