Mientras la enorme sombra del gigante del comercio electrónico eclipsa a la gran mayoría del sector tradicional, una parte ha visto luz en su plataforma. Alrededor de 130 pymes de Valladolid venden sus productos a través de Amazon, y más de medio millar de Castilla y León.
Una de ellas es Nutribiolite, tienda online de Luiz Pinto y Flonja Liko dedicada a la venta de complementos alimenticios. Sus almacenes están en el barrio de La Rubia, pero su modelo de negocio se centra en internet, salvo una pequeña cuota que distribuye a través de proveedores cercanos. De hecho, también cuenta con página web propia, aunque el 80% de sus ventas las realiza a través de Amazon, con clientes repartidos por España, Italia, Francia y Portugal. Empezó en 2021 y factura cerca de medio millón de euros al año.
Entretanto, la estación de reparto de última milla de Amazon en Valladolid ya se prepara para el más que previsible incremento de actividad que van a generar la campaña del Black Friday y, seguido, la de Navidad, que se prolongará seis o siete semanas. Allí suelen trabajar alrededor de medio centenar de empleados, actualmente ya son 83 y todavía faltan en torno a una decena por incorporarse, de modo que el aumento de plantilla para estas fechas rondará el 80%.
El repunte de demanda todavía no se está notando, pero llegará. Según apunta el director del centro, Luis Sánchez García, desde allí mueven alrededor de 25.000 paquetes de media por jornada, con 9.000 o 10.000 en un día flojo y más de 40.000 en uno fuerte, y en estas fechas están requiriendo el uso de unas 90 furgonetas de reparto que acuden a cargar al centro de 30 en 30, "por oleadas", a partir de las 10.30 de la mañana; pero cuentan con que terminarán necesitando entre 120 y 140 furgonetas en próximas semanas. Ninguna es de Amazon, por cierto, ni siquiera las rotuladas con su identidad corporativa, ya que tiene externalizado el transporte a través de tres empresas.
Desde este centro se gestionan los envíos de última milla para Valladolid, Zamora, Palencia y pueblos, al tiempo que también mueven paquetes de Salamanca, Burgos y León para preparar esas rutas. Los tiempos mínimos de entrega pueden situarse en torno a las 12 horas o alguna menos desde que se adquiere un producto.
"Aquí la magia ocurre por la noche", destaca el director del centro vallisoletano de Amazon. Son las horas más intensas, ya que es entonces cuando se organiza y clasifica el grueso de los envíos remitidos desde los almacenes para cuando empiezan a llegar las furgonetas por la mañana, y la franja horaria en la que se registran más compras suele ser la de la tarde.
El centro vallisoletano de Amazon, concebido como estación logística integrada en la última milla de las operaciones del gigante de comercio electrónico, empezó a funcionar hace dos años en el polígono industrial del Jalón con capacidad para gestionar unos 46.000 paquetes al día y espacio para 429 furgonetas de reparto, 60 puestos de trabajo directos y 250 adicionales entre las empresas locales de reparto. Allí clasifican los paquetes que se reciben de los centros logísticos y cargan los vehículos de entrega de las empresas colaboradoras de reparto. Ocupa una superficie de 42.600 metros cuadrados, con un edificio de 5.800 y un aparcamiento de 28.200.