Álvaro Rubio tuvo que responder sobre lo que había pasado en el césped y sobre lo visto por la televisión en el banquillo. De lo primero fue claro: "El partido ha sido una decepción, veníamos en una dinámica progresiva, positiva. Pero no hemos salido con la tensión que se requería. Hemos tirado por la borda lo que veníamos trabajando". De lo segundo, no: "No puedo dar detalle porque tampoco sé lo que ha pasado (...) Ahora me enteraré e intentaremos solucionarlo de puertas para dentro". De hecho, matizó que "son amigos. Se llevan genial, pero no sé que habrá pasado entre ellos".
"No sé qué ha pasado entre ambos jugadores, pero son amigos y, cuando uno está frustrado y hay tanta tensión, se suele pagar con los que tiene más cerca. Intentaremos gestionar todo esto de la mejor manera posible para evitar que se vuelva a producir algo así", reiteró.
El técnico riojano no ocultó el mal inicio de partido: "Es evidente la falta de intensidad con la que hemos salido. Da igual la estructura o los jugadores. Quizá me he equivocado al elegirlos, pero estaba convencido de que eran los idóneos para competir. El primer gol ha sido un palo muy gordo. El equipo ha caído y le ha costado reaccionar".
De hecho, reconoció que "en el descanso la idea era parar el golpe, estar más juntos. Con gente que entrase con energía".
De lo único positivo a resaltar fue el debut de Henrique: "Ha salido muy bien, con mucha energía. Ha ido cogiendo forma poco a poco y otro más para la causa".
"No me paro a pensar si esto compromete mi carrera de entrenador. Sabía que era complicado y dónde me metía. No lo pensé, es mi casa, mi familia y voy a luchar por ello hasta el final", dejó claro, añadiendo que "lo de hoy no nos gusta, y a nosotros los primeros. Hay que seguir trabajando. Estoy tranquilo porque no puedo hacer más. Sinceramente estoy contento con el trabajo a diario".
Ante la pregunta de si la plantilla está desquiciada, Rubio respondió que "puede ser. Cada uno reacciona de una forma diferente, hay gente que se controla y otros que no".