Ya sabiamos que besar es reconfortante y altamente agradable, pero lo que no sabíamos es que realizar este gesto también supone un beneficio para la salud. Para llegar a esta conclusión de manera científica, un grupo de especialistas de los Hospitales Quirón Salud de Valencia y Torrevieja (Alicante) han realizado un estudio en donde confirman que el acto de besar reduce las dolencias, refuerza el sistema inmunitario y ayuda a los seres humanos a pervivir en el tiempo como especie. Y lo dicen, además, con motivo del Día Internacional del Beso que se conmemora hoy.
En un comunicado, el grupo de médicos destacó ayer que el intercambio de saliva estimula el sistema inmunitario, si bien al mismo tiempo también es el origen de afecciones tan comunes como los resfriados, el herpes o las caries.
A este respecto, la psicóloga del hospital Quirón de Valencia, Marina Sangonzalo, detalló, además, que besar libera endorfinas y hormonas asociadas al cariño y a la ternura, como la dopamina y la oxitocina.
El beso «es el gesto de cariño más utilizado entre las personas, aunque no es exclusivo de los humanos», resaltó la doctora, dado que en la cadena filogenética puede observarse desde chimpancés a elefantes que se besan, hasta pájaros que rozan sus picos.
Asimismo, aseguró que este hábito «es un poderoso mecanismo de adaptación», y que al mismo tiempo que contribuye a la supervivencia de la especie, el roce de los labios con la piel o con los de otra persona «provoca una reacción en cadena».
«Cuando besamos podemos mover hasta 36 músculos y el latido de nuestro corazón puede pasar del reposo hasta la agitación en unos breves instantes», señaló la psicóloga.
Por otro lado, Marina Sangonzalo destacó que esta acción «nos vincula con nuestros iguales, nos une a nuestra familia y nos hace sentir íntimamente más próximos a nuestra pareja», ya que han comprobado que la frecuencia de los besos en las relaciones amorosas «es una de las medidas objetivas de distanciamiento».
De esta forma, explicó que «los besos apasionados de la etapa del enamoramiento ceden el paso a otro tipo de contacto más familiar en la mejilla o a una clase de caricia cordial más propia de un ritual social que de personas que se aman, una vez que aparecen ciertos conflictos de pareja».
Sin embargo, la doctora puntualizó que esta costumbre «no solo mantiene unidas a las parejas, sino que también ayuda a los niños a crecer sanos y confiados».
Así, aunque reconoció que durante la adolescencia «puede aparecer cierto rechazo» hacia esta muestra de cariño, recomendó «no dejarse engañar por este gesto: siguen necesitando amor y cariño en dosis adecuadas de besos y abrazos».
Por su parte, la doctora especialista en Medicina General y de Familia del Quirón Salud de Torrevieja, Gemma Ramón, indicó que aunque los besos son una «incomparable» expresión de afecto entre dos personas, tras el intercambio de saliva «puede haber bacterias y virus que provocan una decena de enfermedades e infecciones».
Entre ellas, apuntó que algunas son muy comunes como los resfriados, el herpes labial, verrugas o caries, cuyas consecuencias «son menores», mientras que otras como la mononucleosis -conocida como la enfermedad del beso-, la hepatitis B o la meningitis, «requieren de tratamientos más complejos y afectan a la salud de un modo más determinante».
A pesar de todo, la doctora abogó por la necesidad de «no evitar este acto», porque «la saliva también contiene sustancias que combaten bacterias, virus y hongos», y sus intercambios «estimulan el sistema inmunitario y lo fortalecen para crear anticuerpos».
En todo caso, subrayó que «siempre es necesaria una buena higiene bucal, que es clave para prevenir que las infecciones de la saliva aniden en el cuerpo». «Y ante todo, evitar los besos con personas que sepamos que están padeciendo alguna de estas enfermedades», concluyó.