La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) ha hecho balance del año que acaba de concluir. Para esta organización, 2020 ha evidenciado la capacidad de su colectivo de adaptarse a las nuevas situaciones negativas. «La pandemia ha cerrado colegios y centros de mayores, ha dificultado el acceso a los servicios de salud, ha disminuido las posibilidades de transporte… En definitiva, ha puesto a la población urbana en los zapatos de la población de los pueblos, desde donde llevamos años denunciando la ausencia de servicios básicos de este tipo».
FADEMUR destaca que la crisis también ha demostrado que los pueblos son esenciales para garantizar la seguridad alimentaria. Desde la entidad, además, han recordado que esto ha sucedido, precisamente, en el año que comenzó con las protestas del sector agrario en todo el territorio. Unas protestas, las de los Agricultores al Límite, en las que las agricultoras y ganaderas de FADEMUR cobraron gran relevancia denunciando que, además, las mujeres productoras se ven especialmente afectadas por los abusos de la industria y la distribución puesto que, «de media, en nuestro país las explotaciones de mujeres son más pequeñas que las de hombres y, por tanto, tienen menos posibilidades de acceder a financiación privada y ayudas públicas».
Además, «terminamos 2020 viendo cómo se sigue incumpliendo la Ley de la Cadena», han recalcado, aunque la organización destaca la reciente aprobación de una normativa que permite a las explotaciones vender directamente a sus productos a los consumidores: «Tenemos esperanza en que esta novedad mejore la situación en muchas explotaciones, pero para ello el público tendrá que poner de su parte y valorizar los productos».
La pandemia ha supuesto un punto de inflexión para muchos sectores que ya estaban sufriendo la ausencia de precios justos en origen antes del confinamiento. Para atajar esto, FADEMUR desarrolló la campaña #Alimentos_Solidarios en lo peor del período de encierro, destinada a «llevar la solidaridad de la granja a la mesa». Durante un mes adquirió miles de raciones de alimentos a familias agricultoras y ganaderas y los entregó a entidades sociales cercanas para, así, reducir la huella de carbono producida por el transporte y hacer llegar los productos a las personas que más los necesitaban.
Por último, dentro del sector agropecuario quieren destacar que, si bien todavía no hay muchas certezas sobre la nueva Política Agraria Común, sí es cierto que parece seguro que, por primera vez, Europa logrará una PAC con perspectiva de género al incorporar unas medidas de acción positiva en ella. A la ayuda redistributiva a mujeres acompañará, además, una a jóvenes.
El confinamiento.
El encierro forzoso de primavera supuso un desafío al que las mujeres rurales se enfrentaron en unidad. Bajo la #RedEnCuarentena, FADEMUR aunó ejemplos de trabajo colectivo en todas las líneas de acción que venían desarrollándose y en otras nuevas para cubrir las necesidades surgidas con la pandemia. Se abrió una línea telefónica para dar apoyo específico tanto a las personas mayores como a sus cuidadoras. La federación también se atrevió con nuevas plataformas para continuar divulgando entre ellos la importancia del envejecimiento activo. Son ejemplos de cómo la organización pudo continuar cumpliendo con los objetivos de programas como ‘Cuidándonos para un Futuro Mejor’.
Además, las mujeres de los pueblos se organizaron para confeccionar mascarillas, abastecer a las personas mayores en confinamiento estricto o cuidar de aquellas dependientes. Todo ello para suplir estas y otras carencias de los pueblos durante la cuarentena.
Por otro lado, ya en marzo, FADEMUR no se resignó a advertir que la crisis podría agravar la situación de las víctimas de violencia de género. La organización intensificó su actividad dentro del programa de lucha contra la violencia contra las mujeres con la iniciativa ‘Cultivando Igualdad’ y abrió una línea telefónica en la que asistir a víctimas y personas de su entorno. Además, 2020 ha sido el año en el que se ha cumplido el imperativo del Pacto de Estado contra la violencia de género de estudiar en profundidad los mecanismos con los que opera esta lacra en los entornos rurales. FADEMUR ha sido la entidad responsable de este estudio, el primero de estas características en nuestro país.
¿Qué es FADEMUR?
La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, ligada al sindicato agrario UPA, es una organización que lucha por alcanzar la igualdad y el progreso de las mujeres que viven y trabajan en el medio rural. Nació con el objetivo de reforzar el trabajo que vienen desarrollando las asociaciones de mujeres rurales que la integran, porque saben que cuantas más sean y más unidas estén, más fuerza tendrán sus reivindicaciones de derechos fundamentales y más posibilidades tendrán de influir en el diseño de políticas públicas que realmente se ajusten a sus necesidades.
Están presentes en casi todo el territorio nacional y luchan por mejorar el futuro de los pueblos y sus artesanas, emprendedoras, agricultoras, ganaderas y personas mayores, entre otros colectivos. Para conseguirlo, aparte de prestar asesoramiento en diversos campos (arranque de negocios, papeleos, gestiones...), organizan ferias, talleres, cursos y otros proyectos.
Uno de sus principales objetivos es dar visibilidad a una mujer rural que, a pesar de haber sido desde siempre un pilar de las comunidades y las familias en este medio y haber trabajado tanto o más que los hombres dada su doble labor en el campo y en el hogar, ha estado relegada a un papel secundario sin apenas derechos pero sí con muchas obligaciones. Aunque Fademur comenzó con el sector agropecuario como objetivo principal, con el paso del tiempo se fijó también en otras actividades económicas ligadas a los pueblos y a sus mujeres.
PAC de futuro contra la brecha de género.
En el medio rural español viven 3,7 millones de mujeres que sufren una tasa de desempleo que ronda el 50%, mucho más alta que la de los hombres. Por eso Luis Planas, ministro de Agricultura, señalaba hace algunas semanas ante el Senado que la perspectiva de género va a ser un asunto esencial en el Plan Estratégico que se está preparando para aplicar la nueva PAC. El Ministerio impulsará una Política Agrícola Común (PAC) más igualitaria que atienda a las necesidades de las mujeres y los jóvenes para lograr un crecimiento justo, inteligente, sostenible e integrador de la actividad agraria en el medio rural.
En concreto, la futura aplicación de la PAC va a tratar de superar la brecha de género en la percepción de las ayudas. Según los datos que figuran en el informe ‘Ayudas Directas y Desarrollo Rural: Análisis de la edad y el sexo de los perceptores a nivel nacional y por comunidades autónomas 2019’, del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), que se acaba de publicar, entre 2012 y 2019 solo se ha reducido en un 2% la diferencia entre el número de hombres y mujeres perceptores de ayudas directas de la PAC y estas últimas siguen recibiendo un importe total de subvenciones muy inferior al que reciben los hombres, según ha informado el Ministerio.
Los números son claros y revelan que los hombres percibieron en 2019, último ejercicio del que hay datos oficiales, el 72,85% de las ayudas directas abonadas a personas físicas, frente al 27,15% que llega a las mujeres. En el caso de las ayudas del segundo pilar de la PAC, las destinadas al desarrollo rural, este porcentaje es incluso algo menor: el 26,34%. Son titulares de solo una cuarta parte de las explotaciones agropecuarias y, a pesar de que suponen un 26% del millón de miembros de cooperativas que hay en España, tan solo el 1,6% de los presidentes de estas cooperativas son mujeres.
Planas también recordaba en el Senado que en los Presupuestos Generales del Estado para el próximo ejercicio hay una partida específica destinada a desarrollar la capacidad y el emprendimiento empresarial de la mujer en el medio rural y romper de esta manera la brecha de género, fomentar posibilidades de empleo y darle a la mujer el lugar que dignamente le corresponde en la sociedad española.