El presidente del Colegio de Médicos de Valladolid, José Luis Almudí, considera que la sanidad de Castilla y León tiene que afrontar con urgencia un cambio del modelo asistencial que incluya una reordenación de recursos para garantizar que los ciudadanos, sobre todo los que viven en zonas de difícil cobertura, tengan garantizada una asistencia con un mínimo de proximidad. «Es necesario para mantener las consultas en todos los sitios, porque tenemos plazas sin cubrir», señala. Según él, mantener el actual sistema, con más de 3.600 consultorios locales en Castilla y León, «requiere de muchos recursos humanos». Unos profesionales que, según asegura, «pasan mucha parte de su tiempo desplazándose en su propio vehículo por diferentes consultorios y tienen una carga de trabajo muy, muy, muy pequeña». Un doble problema, porque «el hecho de que tengan una población adscrita muy pequeña hace que no mantengan un nivel óptimo de competencias, ya que, si tienes pocos pacientes, te desactualizas».
Respecto a la polémica por la apertura de las nuevas facultades de Medicina en Burgos y León, Almudí considera que se trata de una medida que «no se corresponde con la necesidad de formar más médicos, porque, por la propia demografía médica sabemos que a partir de 2038 puede haber un superávit de profesionales». En este sentido, avisa de que en los próximos años se van a jubilar muchos médicos, pero ese nivel no se va a mantener a medio plazo. «Las jubilaciones disminuirán y el número de médicos que van a finalizar su formación MIR en algunas especialidades va a tener una tasa de reposición muy superior al número de jubilaciones, con lo cual, corremos el riesgo de tener un paro médico como el que había en los años 80, cuando había una bolsa de empleo de casi 30.000 personas», avisa.
Según él, la decisión de abrir estas nuevas facultades tiene que ver más con intereses políticos y económicos que con otros criterios más profesionales. Además, vaticina que los nuevos centros tendrán problemas para encontrar profesorado que cumpla con los criterios Aneca (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), tal y como ha reconocido que tiene ya la Facultad de Medicina de Valladolid. «Al final competirán por captar ese profesorado», prevé Almudí.