La madrugada del pasado 25 de noviembre, dos tiendas de telefonía, ubicadas en la céntrica calle Padilla de Medina del Campo, sufrieron sendos robos después de que dos individuos utilizaran la tapa de una alcantarilla para reventar el escaparte y acceder al interior. Un asalto que contribuyó a incrementar las estadísticas de 2024 de criminalidad del municipio, las más altas de los últimos años. «Se llevaron tres teléfonos de los que estaban expuestos, que son de alta gama, uno de ellos no llegaba a los mil euros, pero los otros dos, sí», explica la responsable de la tienda de Orange, Carmen Maroto. No era la primera vez que sucedía esto. Unos meses antes, unos encapuchados entraron, con las trabajadoras en la tienda, e intentaron arrancar un iPhone de un expositor, aunque no lo consiguieron y salieron corriendo. Como consecuencia de estos incidentes, en el negocio decidieron quitar los teléfonos expuestos e instalar cámaras de seguridad. «Lo que nos da miedo es que entren cuando nosotros estamos dentro», señala. Las trabajadoras de esta tienda aseguran que los móviles robados, dado que tienen dispositivos de seguimiento, suelen desmontarse y venderse por piezas fuera de España.
A solo unos metros de esta tienda de Orange se sitúa otra de Vodafone que también sufrió el mismo ataque esa noche. Con el mismo método. Pero, en este caso, el botín fue mayor. «Fue a las dos de la mañana y lo hicieron todo en menos de dos minutos... sabían a lo que venían», explica el responsable, José Luis García. Los ladrones se llevaron once terminales de alta gama valorados en 13.000 euros. Esta tienda ya tenía cámaras, pero ha decidido no implantar más medidas de seguridad dado que tenía previsto cerrar muy pronto. De hecho, este lunes bajará la persiana.
Entre los sucesos más graves de los últimos años se encuentra el atraco que sufrió el dueño de la tienda de ultramarinos 'La Carmina', en la calle Mota. Un susto que su madre recuerda muy bien. «Entraron dos chicos y pidieron que les dieran la caja, aunque mi hijo pensó que estaban de broma», dice. Pero de broma no tenía nada. Uno de ellos sacó un hacha y, después de un forcejeo, llegó a herir al dueño en la pierna antes de arrancar el cajetín de la caja registradora donde estaba el dinero. «Fueron cuatro duros, fue peor el susto que el dinero», señala la mujer, quien añade que ha sido el único incidente que han sufrido las tres generaciones que han estado al frente de la tienda durante más de 70 años.
Carmen Maroto ha quitado los móviles del expositor para disuadir a los ladrones. - Foto: Jonathan TajesLa taberna Mohíno ha sido otro de los negocios que ha sufrido algunos incidentes en los últimos años, aunque no tan graves como el anterior. «Unos chicos que entraron en un bar y les pillaron vinieron después aquí, aunque estábamos cerrados, así que rompieron la puerta y salieron corriendo porque se acercó gente a increparles», explica el dueño. «Al final les pillaron y tuvimos juicio y les condenaron», recuerda. Uno de ellos ya estaba en la cárcel y cometió este delito cuando estaba de permiso, por lo que se le sumó la pena.
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La tienda de Orange instaló cámaras después del incidente. - Foto: Jonathan Tajes
La madre del dueño de la tienda de ultramarinos que atracaron con un hacha explica cómo se llevaron la caja. - Foto: Jonathan Tajes
Los robos no se han limitado en los últimos años a negocios. También las viviendas han sido objetivo de los cacos, especialmente en la zona de la plaza de San Miguel.