Magdaleno profundiza en la idea de que "la vida es encontrar"

D.V.
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El pianista riosecano presenta esta tarde su segundo poemario acompañado por Mar Sancho en Oletvm, a partir de las 19.00 horas

Diego Fernández Magdaleno - Foto: Ical

"La vida es encontrar y despedirse". En torno a esa convicción, fuertemente arraigada, el pianista y escritor riosecano Diego Fernández Magdaleno, Premio Nacional de Música, ha articulado los versos que dan forma a 'Ausencias en camino' (Editorial Páramo, 12 euros), su segundo poemario, que acaba de ver la luz 17 años después del primero, 'Libro del miedo' (Comunicatemas, 2007). La librería Oletvm, en Valladolid, acogerá esta tarde, a partir de las 19.00 horas, la presentación del libro, que bucea en sensaciones encontradas (la pérdida y la alegría del encuentro) que son parte de una misma realidad, la vida.

Esa relación estrecha, sine qua non, resuena a modo de mantra en el imaginario de Fernández Magdaleno. "Cuando murió mi padre, la familia me pidió que pronunciara unas palabras y en ese momento recordé 'Tierras de penumbra', de Richard Attenborough, que está basada en la vida de C.S. Lewis. Esa película incluye una frase esencial: 'El dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces'. Para mí, ahí está todo. Ontológicamente ese dolor existe por la felicidad entonces, está teñido de ella; si no, no habría dolor", relata en declaraciones a Ical.

Con una sonrisa, profundiza en la reflexión: "Es difícil explicarlo sin parecer un amargado. Recuerdo la crítica de 'La gran belleza', de Sorrentino, que escribió Ricardo Menéndez Salmón. Empezaba diciendo que en el corazón de toda fiesta hay un vacío. Yo creo que eso también es cierto. Y eso no es ser un amargado", ríe.

En esa convivencia natural de vida y muerte, a su juicio, influye de forma decisiva el hecho de vivir en un enclave alejado de las grandes urbes como Medina de Rioseco. "Muchos amigos míos que viven en ciudades, no tienen contacto con la muerte más que cuando llega dentro de su familia o a un amigo. Pero aquí, todos los días, cuando alguien muere, yo le conozco. Sé quién es él, quiénes son sus hijos, sus padres… El contacto con la muerte en un municipio de este tamaño te da una forma de vivir el mundo muy particular. Es algo que hablaba con Álvaro Marías, el hermano pequeño de Javier Marías, que es músico; él me decía que con la ocultación de la muerte y esa falta de referencia de la muerte que hay en ciudades como Madrid o Valladolid, de alguna forma se pierde algo esencial de humanidad", reflexiona.

Parte de la vida

Sobre su relación con la poesía, Fernández Magdaleno asegura que escribe poemas "desde niño" y apunta que para él, "la música y la literatura son una sola actividad". "La música es mi profesión. Vivo de la música y si me conocen, mayormente, es por la música, pero para mí, personalmente, no hay ninguna diferencia. Yo no encuentro ninguna frontera. La poesía es algo que no he dejado de hacer jamás, pero no siento ninguna urgencia en publicarla. Solo cuando siento que lo que he escrito conserva una esencia es cuando, de alguna manera, lo dejo salir y que comience a ser parte de los demás lectores", desliza.

Para el riosecano, tanto la música como la escritura, sea a través de poemas o de diarios, son "una necesidad interior, como decía Kandinsky". "Son algo que no puedo dejar de hacer. Para mí la vida no tiene sentido sin la música y sin la literatura. Hay otras cosas que me apasionan: la arquitectura, la filosofía... Me hubiera encantado dedicarme a ello, o ser periodista o físico, pero la música y la literatura son dos cosas sin las cuales no entendería mi vida. No me gustaría estar vivo sin eso", completa.

'Ausencias en camino' se articula en torno a cuatro bloques: 'Volver', 'Liturgias del tiempo', 'Reflejos' y 'Última luz'. En 'Reflejos', el autor reúne cinco poemas en los cuales establece un evocador diálogo con otros tantos poetas que le han acompañado a lo largo de toda su vida y que son, en definitiva, parte de quien él es. Se trata de Leopardi, Emily Dickinson, Virginia Woolf, Sylvia Plath y Francisco Pino. 

Para Javier Campelo, editor de Páramo, 'Ausencias en camino' habla de "la finitud de la vida, lo que alcanza a darnos, los momentos que tenemos para compartirlos con otros y la gratitud por ello". Al mismo tiempo, entre sus líneas se desliza "nuestra propia ausencia ya prevista y la invariabilidad en el tiempo, nuestra futilidad" y "la necesidad de aprovechar este viaje, de aprender de los seres amados (cercanos o idealizados) y sentirse parte del misterio".