Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Tensionados

10/10/2024

Pues ya estaría: las zonas tensionadas generan ahorro en el alquiler en los lugares de Cataluña donde se aplica, pero ha supuesto que se han retirado cerca del 20% de los pisos en renta. No sé dónde está la gracia. El problema de la vivienda no se resuelve alquilando menos sino con más pisos a disposición del mercado. Y estos datos, los primeros que se conocen de un lugar donde se están aplicando las bonificaciones fiscales de la Ley de Vivienda, no apuntan en la dirección correcta.

En España todos los debates acaban a la deriva. Éste tampoco iba a ser menos. Las dos posiciones enfrentadas velan armas: están quienes piensan que el mercado es soberano, que la propiedad es intocable y que el precio, libre, de un lado, y de otro aquellos que creen que se debe acotar para favorecer su disminución. Seguro que ambas posiciones tienen sus connotaciones de certeza, pero, seamos realistas, si el propietario de una vivienda no quiere cambiar el precio, salvo que volviera el Comité Central de la URSS, no hay forma de obligarle.

Así que ya veremos si tanta prédica del Ministerio de la Vivienda se justifica por los datos objetivos  y si el afán por solucionar un problema a base de decretos fructifica. Que nadie espere soluciones simples a problemas complejos ni, por el contrario, obtener soluciones diferentes haciendo lo mismo. Dicen que algunos propietarios han rotado sus viviendas del alquiler residencial al vacacional y quienes se oponen, reclaman restricciones a este tipo de negocio y esperan que ahora se pueda impedir su práctica si no les conviene al resto de los propietarios de la Comunidad de Vecinos.

Otros venden la casa si no pueden alquilarla como quisieran y, para rematar, los incentivos fiscales son un parche, nunca el remedio, son el placebo de dinero público en forma de menor ingreso para aquilatar las ineficiencias del mercado.

El de la vivienda es un problema global de solución compleja y debemos olvidarnos de piedras filosofales y de medidas de magia potagia. Vamos a los hechos y éstos, por ahora, no acaban de alentarnos del todo.