Los despidos por ERE serían más de 400 con el cierre de Bimbo

David Aso
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La fábrica del polígono de San Cristóbal da trabajo a unas 200 personas y sólo los expedientes registrados en verano por el cierre de Nanta y el recorte de Intrum ya preveían 162 ceses, aparte de 92 de otras empresas en el primer semestre

190924JT_0114.JPG - Foto: Jonathan Tajes

Los anuncios de cierre de la planta de Nanta en Tudela de Duero y de 134 despidos en Intrum amargaron la llegada del verano en Valladolid, y ahora que toca a su fin, el próximo 25 de septiembre deberá comenzar la negociación de otro expediente de regulación de empleo no menos dramático, el de la fábrica de Bimbo del polígono San Cristóbal. La multinacional mexicana comunicaba el pasado miércoles a la plantilla, de manera totalmente inesperada, su decisión de cerrar estas instalaciones que compró a Panrico en 2016 y que llevan activas desde 1991. Su historia en la provincia se remonta en realidad 17 años más, los que estuvo esta última firma en Cigales desde 1974; y aparte está la antigua factoría de Cerealto Siro en Medina del Campo que Bimbo compró en 2021 y que, en principio, sí cuenta con mantener. 

Las instalaciones actuales de la capital, donde se fabrican emblemáticos productos como Donuts, Bollycao, Donettes o Tigretón, dan empleo directo a unas 160 personas (los sindicatos hablan de 166 y la empresa matizaba el jueves a este periódico que son 155) e indirecto a unas 40 por trabajos de limpieza, logística o seguridad, de modo que, a la espera de ver qué sucede en el transcurso de la negociación, la cifra de afectados se situaría en torno a los 200, ahondando en una brecha laboral que ya se abrió al comienzo del verano y que, sólo entre esas tres empresas, apunta a sangrar cerca de 400 puestos de trabajo. 

Los expedientes de regulación de empleo registrados por Intrum y Nanta, con negociaciones cerradas desde el 21 y el 24 de junio, respectivamente, ya fueron dos palos que tampoco se vieron venir y que reventaron la buena tendencia que llevaba Valladolid en casi todo lo relativo a la evolución del empleo en los últimos tiempos. El grupo sueco de gestión de crédito y activos inmobiliarios, con sede en el edificio de la calle Rastrojo que antes acogió el antiguo Museo Cristóbal Gabarrón, acordó despedir a 134 trabajadores en la ciudad (sobre una plantilla de 515), además de 447 repartidos por otros centros de España, de manera progresiva y con opción de prolongar el proceso hasta el 31 de diciembre. La empresa de piensos del Grupo Nutreco, por su parte, ya cerró el 12 de julio la fábrica implantada desde 1968 en Tudela de Duero, con 28 puestos que se perdieron y 16 que se mantuvieron, pero por comerciales de Valladolid que desde entonces trabajan para otras plantas del grupo. Fundamentalmente para las de Pobladura del Valle (Zamora) y Tabanera la Lengua (Segovia), que son las que se han repartido la producción deslocalizada. 

Recuento de despidos

Así, sólo con Intrum y Nanta, por tanto, Valladolid ya suma 162 empleos menos en la provincia (contando algunos que el grupo sueco aún no ha ejecutado pero que ya tiene acordados), justo los mismos que hubo en total, entre todas las empresas de la provincia, por expedientes de regulación registrados el año pasado. La estadística oficial de 2023 del Ministerio de Trabajo y Economía Social refleja concretamente 1.951 trabajadores incluidos en procedimientos de regulación de empleo, pero 1.661 lo fueron 'sólo' de manera eventual (suspensiones de contrato por ERTE) y 128 por reducciones de jornada, mientras los despidos se limitaron a los 162 restantes. Esta última, una cifra que no sólo afianzaba la tendencia descendente de los últimos años (de 293 despidos por ERE en 2019 y 311 en 2021 a 294 en 2022 y los citados 162 de 2023, omitiendo datos del pandémico 2020 por no haberse publicado aún), sino que ha pasado a ser el mejor dato anual desde el inicio de esta serie estadística en 1982, con el máximo registrado en 1992 (1.853) y el mínimo en los 215 de 2006 hasta que éste fue desbancado por el resultado del último ejercicio.

Entretanto, la estadística de este año está actualizada de momento hasta junio y aún muestra unas cifras relativamente contenidas, con 92 trabajadores despedidos en todo el primer semestre por procedimientos de regulación de empleo, más que en ese mismo intervalo de 2023 (77) pero menos que en los de 2022 (98), 2021 (192), 2019 (78)… No obstante, ahí todavía están sin computarse los afectados de Nanta e Intrum, que a efectos estadísticos pueden terminar siendo menos de 162, a pesar de que esa es la cifra de empleos que pierde la provincia en estas dos empresas, por algunas recolocaciones en centros fuera de Valladolid y ceses que se produjeron a la vez, pero fuera del ámbito de negociación de estos ERE.

En cualquier caso, cuando se sumen también los despidos de Bimbo, sin necesidad de ver lo que pueda ocurrir en otras empresas de aquí al final del ejercicio, Valladolid ya apunta a registrar en este 2024 el peor balance de despidos colectivos en siete u ocho años como mínimo; desde que en 2017 se contabilizaron 388 o desde que en 2016 fueran 494, si es que no se supera también esa cifra y toca remontarse entonces más de una década para compararse con los 975 que se registraron en 2013, dado que los 282 de 2015 y los 269 de 2014 ya es seguro que se van a quedar cortos.

Cierto también, por otro lado, que aún está por verse la cifra definitiva de despidos que se producen en la fábrica de Bimbo. El periodo de consultas sobre el ERE arrancará el 25 de septiembre, fecha en que se abrirá un plazo inicial de 30 días naturales para que la empresa negocie con los representantes sindicales, y se cuenta por ejemplo con la posibilidad de que se ofrezcan algunas recolocaciones en otras plantas del grupo. Tampoco puede descartarse que, en paralelo, surgiera un milagroso comprador, baza que intentarán exprimir también las instituciones. Pero, hoy por hoy, la única certeza es que Bimbo cuenta con cerrar.