Ronaldo Nazário y su equipo de trabajo han aprovechado el descenso del Real Valladolid a Segunda para acometer una integral reestructuración del club, no solo a nivel deportivo sino en el aparado directivo.
Ya comenzaron a finales del pasado 2020 con la reorganización del Consejo de Administración, con la entrada de David Espinar por Carlos Suárez.
Continuaron con la aparición del brasileño Paulo André en abril. Por el momento, como señalan en la entidad, un consultor externo que, eso sí, está negociando en algunos casos en nombre del club.
Y han seguido estas últimas semanas. Primero con la salida de la directora de la Fundación Real Valladolid, que se despidió del club el pasado 18 de julio y cargó contra el Gabinete de Presidencia en sus redes sociales (borrando posteriormente el mensaje).
Esta última semana, El Desmarque ha añadido uno más, el adiós de Carlos Suárez, el anterior presidente y dueño del club, y aún accionista, como presidente de honor, cargo que ostenta desde agosto de 2019. A finales de mes concluiría ese acuerdo entre Ronaldo y Suárez.
La temporada 2019-20 acabó con casi 140 trabajadores, según recogen las últimas cuentas anuales del club.