El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha apuntado hacia el "moralismo sin perdón" y la "banalización del mal" que existe en las sociedades occidentales actuales durante la homilía que ha tenido lugar este domingo en la Catedral de Valladolid en honor al patrón de la ciudad, San Pedro Regalado.
"La misericordia sin reconocimiento del pecado como causa de los males es buenismo lastimero, y la supuesta reforma de la santidad sin misericordia es dureza de corazón bañada de ideología", ha sostenido el prelado, según recoge Europa Press.
Asimismo, Argüello ha recordado que durante la festividad del santo patrón de la capital vallisoletana y en el año jubilar del Corazón de Jesús, las personas han de ayudarse a "renovar su encuentro personal con Cristo".
"La reforma de la Iglesia la realiza el Señor a través de personas que estén profundamente arraigadas en la fe y la vivan pura y plenamente. No vendrá de aquellos que aceptan irreflexivamente el paso del tiempo o de quienes solo critican sobre la base de sus mitos infalibles", ha trasladado el arzobispo.
Igualmente, ha explicado que tampoco vendrá de aquellos que "toman el camino fácil" para escapar de la pasión de la fe, que consideran "falso u obsoleto, tiránico o legalista todo lo que sea un poco exigente, duela o requiera sacrificios, o simplemente vaya contracorriente de la cultura dominante".
Así, ha asegurado que Pedro Regalado es un "reformador", ya que entra en la senda del sacrificio y la ofrenda de la vida y usa palabras fuertes en su servicio a la reforma.
También ha tratado los diversos asuntos que han resonado en la ciudad con "acogidas enfrentadas", como la oración por la vida ante un abortorio, el apoyo a la construcción de un centro para refugiados y a la regularización de inmigrantes, la denuncia de propuestas públicas de educación sexual que "prescinden del significado de la diferencia sexual y de la relación entre sexualidad y transmisión de la vida", las campañas a favor de la vivienda, la paz en el mundo y la lucha contra el hambre, las mafias y los abusos sexuales, entre otros.
"La Iglesia ha promovido todas ellas como expresión de la dignidad infinita que brota de sabernos hijos de Dios y hermanos", ha aseverado Argüello, quien ha añadido que todas estas posiciones tienen acogida "muy diversa" y, en ocasiones, "enfrentada".
"Convirtámonos, aspiremos a la santidad, recurramos generosamente a la oración, a la Eucaristía, al sacramento de la Reconciliación, a la lectura de la Palabra y al servicio a los pobres", ha concluido el arzobispo de Valladolid.