Casi un siglo de prestigio

R.G.R
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Las bodegas más antiguas de la provincia han sufrido importantes cambios con los procesos de modernización

Casi un siglo de prestigio

La tradición vitivinícola vallisoletana es muy extensa. Entre las denominaciones de origen de Ribera del Duero, Cigales y Rueda suman 430 bodegas, algunas de ellas casi centenarias. Los monjes fueron los precursores de muchas de ellas que, con el paso de los años, han pasado incluso por más de una familia o han cambiado completamente su fisionomía debido a los procesos de modernización para elaborar mejores vinos.  

Bodegas que surgieron antes de las denominaciones de origen y que, años más tarde, fueron las precursoras de las marcas de calidad que hoy las cobijan. Los cambios han sido relevantes, aunque en algunos casos se ha mantenido la bodega antigua y se han edificado otras colindantes más modernas y pragmáticas, al tener que elaborar una cantidad mucho mayor. 

Marcas tan relevantes como Dehesa de los Canónigos, Protos, Emilio Moro, dentro de Ribera del Duero; Cuatro Rayas, Marqués de Riscal y Vinoz Sanz, en Rueda, y Cooperativa de Cigales y Rodríguez Sanz, en el caso de Cigales son algunas de las firmas más longevas de la provincia. Bodegas con más de un siglo de vida en algunos casos y con más de 75 años en otros, que no han dejado de evolucionar hasta lograr el prestigio que ostentan. 

Bodega Cuatro Rayas, en una vendimia. Bodega Cuatro Rayas, en una vendimia. - Foto: Cuatro Rayas«En 1927 un grupo de viticultores unió sus esfuerzos para crear la primera bodega junto al río Duero. Protos, del griego primero, tiene registrado desde su origen en propiedad el nombre Ribera Duero, autorizando su uso en 1982 al consejo regulador para identificar la denominación de origen», relata el director de Protos, Carlos Villar. «Eran gente de profesiones liberales que supieron ir más allá con lo querían para su proyecto y nosotros mantenemos su estrategia», comenta. Pero no es ni mucho menos el único caso. Tras pasar por varias manos, Dehesa de los Canónigos fue en 1931 cuando recayó en manos de la familia Cid, los hermanos Arturo e Ildefonso, casados con Amalia García y con Rosario Alonso respectivamente, fueron los dueños hasta los años 60, cuando vendieron la finca.

En la DO Rueda, Marqués de Riscal inicia en 1972 la producción de los primeros vinos blancos. En 1974 introduce la variedad francesa Sauvignon Blanc en la zona. En 1980 es una de las bodegas impulsoras de la denominación de origen. 

En 1935, las pequeñas familias viticultores que elaboraban su propio vino, decidieron agruparse y formar una cooperativa que les permitiera sacar el mayor partido posible del trabajo en las viñas. Nacía la actual Cuatro Rayas. Tan sólo 3 años después, los socios decidieron llevar el vino a la bodega por primera vez e introducirlo en grandes tinos. Transcurridos casi 80 años desde el nacimiento de la cooperativa, cambió su nombre de Agrícola Castellana a Bodega Cuatro Rayas. Vinos Sanz lleva creciendo desde 1870. Sus viñedos, 100 hectáreas localizadas en La Seca producen desde hace más de 150 años. Desde hace dos décadas, la dirige la familia Carbajo, primero con Joaquín y ahora con su hija Ana al frente de la bodega. 

cigales. En el caso de la denominación de origen cigaleña, Bodegas Rodríguez-Sanz tiene a sus espaldas generaciones ligadas al vino, ya que mantiene la trayectoria que iniciaron V. Rodríguez y su padre en 1931 para dar salida a la producción de sus viñedos. En el año 1993, se remodelan las instalaciones y se instala maquinaria técnica avanzada.

En 1957 nace la Bodega Cooperativa Cigales con el propósito de ofrecer un producto de calidad sin descuidar la tradición, por lo que mantiene la estructura subterránea de los antiguos bodegueros de Cigales. La producción media de la Bodega Cooperativa Cigales ronda 1.500.000 kilos de uva y está orientada principalmente a la vinificación de rosado, el reconocido 'Clarete'. «Hace un año la hemos cambiado entera para adaptarnos a las nuevas producciones», aclara Estefanía García, su propietaria. Eso sí, mantiene sus grandes tinos de hormigón, una característica esencial de la bodega.